Pedí a uno de los profesores de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la mención de algunos de los tópicos, que a la luz de la situación actual de la primada de América, se han de suponer urgentes, y parte del contenido imprescindible en los programas de trabajo académico propuestos por los aspirantes a rector, pero éste, como quien no quiere la cosa, o la desconoce, ripostó: -Mira ombe, no me pongas a eso ahora…-. Ante lo cual dije a mis adentros: ¿Pero entonces cuando será?
Es ahora el momento de dilucidar y conocer al dedillo, sus prioridades, sus puntos de vista, sus verdaderas intenciones, sus focos de preocupación y atención.
Es hoy, dada la atención lograda por sus recientes elecciones, que debemos volver al debate sobre los pormenores de su presente y su futuro. Porque todos añoramos su valiente pasado de pulmón social, es que debemos interesarnos en lo que realmente amuebla cada una de las mentalidades de quienes tienen sumo interes en enrumbarla.
Y es que cuando la UASD era UASD, algunos de los despropósitos actuales no hubieran pasado como simples crónicas periodísticas de la llamada real politik.
Entonces; abusos e injusticias, vertidos sólo como hechos noticiosos en nuestro territorio, o en allende los mares, volvíase presa de su análisis objetivo y de su afilado y pormenorizado escrutinio.
De ahí que esperamos que las nuevas autoridades se sobrepongan a la sombra de lo meramente circunstancial y político.
¡La UASD debe volver a ser la UASD! Es decir; renovarse en espíritu y verdad. Ser cantera de la lucha en pro de las más justas reivindiciones sociales. Ser factor de cambio en medio del hacinamiento ideológico. Recobrar su voz, hundida hoy en la inoperancia, la confusión y el prejuicio.
¡Que la UASD vuelva a encaminar sus pasos hacia la investigación científica, el debate histórico, el análisis de los fenómenos sociológicos, la promoción de las artes, el cultivo de las humanidades, y la defensa de nuestra identidad cultural!.