Siempre se ha dicho que una de las instituciones más difíciles de dirigir es la Universidad Autónoma de Santo Domingo, debido al libre juego de las ideas, plasmado en su Estatuto Orgánico. Y es el propio rector –el doctor Iván Grullón– el primer interesado en fortalecer los organismos de cogobierno, garante del carácter democrático, abierto y participativo de la institución.
Grullón hace esfuerzos en el fortalecimiento de funciones históricamente vitales, como la docencia, la investigación y la extensión. Se desarrolla un programa para equipar de recursos tecnológicos todas las unidades académicas de la sede, recintos, sub-centros…Y en el marco de su política de extensión se incrementan vínculos con entidades de la sociedad y los diversos ministerios e instituciones estatales.
La UASD hace énfasis en la transparencia de sus recursos económicos. Y se racionalizan, inclusive, los gastos en el uso del combustible, a tal punto que todos los sectores de la vida universitaria reconocen el saneamiento de sus finanzas.
El respeto a los reglamentos de carreras docente y administrativa constituye la principal base del clima de paz que se respira en la UASD entre autoridades, profesores y empleados. Durante la rectoría del doctor Grullón no se ha registrado el primer conflicto que repercuta en la sociedad.
La corrección de las distorsiones económicas del presupuesto (gastos superfluos, derroche y francachela), el respeto de los derechos del personal docente y administrativo, la mejoría de la calidad docente y el fortalecimiento de los vínculos con la sociedad, son aspectos que contribuyen al rescate de la imagen pública de la UASD.
Sólo falta que el Estado dote a la UASD del presupuesto que demanda para optimizar sus funciones y hacer mayores aportes a la sociedad en términos económicos, sociales y culturales.
