¿Qué Pasa?

Johnny Hallyday, un profeta musical en su tierra

Johnny Hallyday, un profeta musical en su tierra

Johnny Hallyday

PARÍS. AFP. El rockero Johnny Hallyday, fallecido a los 74 años, fue una institución en Francia durante cinco décadas, capaz de llenar estadios hasta el final, una gloria empero muy mitigada en el extranjero y empañada de escándalos.

“Johnny”, como le llamaban cariñosamente los franceses, “forma parte de nuestra historia personal: memorias, emociones, canciones”, resumió en una ocasión su amigo y expresidente conservador Nicolas Sarkozy.

Con la vista puesta en Elvis Presley, el cantante rompió a finales de los años 1950 con la tradicional “chanson” francesa para importar el estilo “rockero” y encarnar el espíritu rebelde de James Dean, con su tupé y pantalones de cuero.

“T’aimer follement” (Amarte locamente) fue uno de sus primeros grandes éxitos, con los que desafió la imagen de Francia como tierra de apasionados del jazz y de la música melódica.

Durante medio siglo, tres generaciones de fans se agolparon fielmente a las puertas de los estadios para asistir a sus conciertos, siempre grandiosos y espectaculares.

Las modas pasaron (hippie, soul, blues, pop…) pero él permaneció como el rockero de Francia, y el más amado.

Cinco bodas y un intento de suicidio

Hallyday grabó medio centenar de discos y vendió más de 100 millones de álbumes, encarnando una imagen de chico malo, con todos sus ingredientes.

Trató de suicidarse en 1966, se desmayó en el escenario en 1986 y se casó cinco veces, dos con la misma mujer, Adeline Blondieau, la hija de uno de sus amigos de siempre y compositor suyo.

En 1998, admitió en una entrevista con el diario Le Monde que consumía cocaína y que había sufrido una infancia difícil con un padre alcohólico, que abandonó por primera vez su familia cuando él solo tenía ocho meses.

Durante un tiempo, pareció sentar cabeza junto a la actriz Nathalie Baye, con quien tuvo una hija, Laura Smet, que siguió el camino de su madre en la gran pantalla. Vivió las últimas dos décadas junto a la modelo Laeticia Boudou, 31 años más joven que él, y con quien adoptó dos niñas de origen vietnamita.

Nacido como Jean-Philippe Leo Smet en 1943 en París, de madre francesa y padre belga, el cantante creció con una tía suya, una actriz. De su mentora, Lee Hallyday, una allegada estadounidense, tomó su nombre artístico.

“No soy tan tonto”

Ridiculizado por humoristas que lo presentaban como un hombre poco inteligente, Hallyday vivió momentos de prestigio al protagonizar películas de directores de la talla como Jean-Luc Godard y Patrice Leconte.
Los aplausos también le llovieron en 2009 por su interpretación como un asesino a sueldo retirado que busca vengar la matanza de su familia en el thriller “Vengeance”, de Johnnie To.

“No soy tan tonto como la gente cree”, dijo Hallyday en una entrevista a la AFP en 1998. “Creo que esta visión de mí mismo pertenece al pasado”.

Ese mismo año, fue condecorado con la Legión de Honor francesa por el entonces presidente Jacques Chirac, que lo describió como “el ídolo de los jóvenes”. Hallyday es “una verdadera estrella que ha logrado con éxito fusionar dos culturas, la francesa y la estadounidense”, dijo Chirac.

Rey en su país

Pero unos años después el cantante se domicilió en Suiza y Los Ángeles -donde se le fotografiaba a menudo en su Harley Davidson- alegando que los impuestos en Francia eran demasiado elevados.

Su gloria, en cambio, no viajó más allá del mundo francófono. “¿Mi carrera internacional? Pasará si tiene que pasar”, dijo el cantante a la AFP.

El Nacional

La Voz de Todos