Opinión

José Rafael Lantigua

José Rafael Lantigua

En esta semana quiero destacar a un gran compueblano, orgullo de nuestra Moca Literaria, a quien admiramos y hemos seguido por su fecunda trayectoria, y por ser sin lugar a dudas, un paradigma de la cultura y las letras dominicanas, Don José Rafael Lantigua.

Este mocano de pura cepa, poeta, ensayista, comunicador, gestor cultural y crítico literario, ya a temprana edad fue uno de los fundadores del Centro Juvenil Don Bosco, del Liceo Vespertino Eladio Peña de la Rosa, también fue fundador y directivo de la Avanzada Cultural Artística, el Grupo Juvenil de Arte Escénico, Colectivo poético La Roca, el Centro Duartiano y el periódico El Viaducto, entre otros. Graduado en Santo Domingo de Licenciatura en Ciencias de la Educación, especialidad en Letras, de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.

También realizo estudios de Alta Gerencia en Publicidad, Relaciones Públicas, Literatura Norteamericana Comparada, Servicios de Comunicación Integrados, entre otros. Fue Presidente de la Comisión Permanente de la Feria del Libro, de 1997 al 2000, siendo el fundador de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, la cual presidio durante 12 años.

Miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, también se desempeño como Ministro de Cultura del 2004 al 2012.

Su vasta bibliografía con más de una veintena de obras de diferentes géneros, poéticas, histórica, cuentos, etc., que desde la década de los setenta nos han llenado de luces, cultura, esperanzas y sueños a todos los que hemos tenido el privilegio de estudiar y leer una de sus obras. En una reciente e interesante entrevista que leímos de él, definía un libro como un redescubrimiento perpetuo, y que la tierra de Moca se encontraba en su corazón.

De la Política, decía que te creaba certezas y dudas para continuar confiando en que es posible ayudar a construir un país mejor, y que para él, ser dominicano, era un sentimiento y una identidad que no cambiaría por nada en el mundo.

Estas son algunas pinceladas de su sentir y de las íntimas convicciones de su alma y su corazón, que dice está en su hogar. También decía que los sueños renacen cada día para convertirse en posibilidades abiertas en constante erupción y que son volcanes de incandescente materia que nunca cesan. Sobre el arte de escribir, lo definia, como un acto de misericordia y un ejercicio que nunca concluye.

Este gran dominicano y orgullo de nuestra Moca del alma, muestra su profundidad de reflexión, que muchas veces está en la simpleza y al alcance de cada ser humano, que no tiene precio, porque no puede comprarse, y es el amor de la familia, cuando dijo que quería ser recordado como un buen padre, ya que con el tiempo, una vez pasamos a otra vida, sólo los hijos se recuerdan de uno. Esa reflexión la compartimos profundamente. Mis respetos, con orgullo y admiración de nuestro compueblano, Don Jose Rafael Lantigua.

El Nacional

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