Sao Paulo, (EFE).- La Justicia brasileña aceptó hoy una tercera denuncia por corrupción contra el exministro José Dirceu, una de las figuras más influyentes durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y que ya fue condenado en otros procesos ligados con el caso Petrobras, informaron hoy fuentes oficiales.
El juez federal Sergio Moro, encargado de las investigaciones en primera instancia sobre la vasta trama destapada en la petrolera estatal Petrobras, aceptó la denuncia en la que se acusa a Dirceu de recibir sobornos de las empresas Engevix y UTC, aunque suspendió el proceso durante un año.
De acuerdo con la Fiscalía, Dirceu, que fue ministro de la Presidencia entre 2003 y 2005 y fue presidente del Partido de los Trabajadores (PT), recibió 2,4 millones de reales (737.000 dólares) de las compañías mencionadas a partir de contratos firmados con Petrobras.
Las coimas, según las autoridades, se disfrazaron mediante pagos a las firmas Entrelinhas, una empresa que prestó servicios de comunicación al exministro, y a JD Consultoria, propiedad de Dirceu y que recibió dinero por servicios que nunca llegó a prestar. Dirceu ya fue condenado por el caso conocido como ‘Mensalao’, una red de corrupción que tuvo lugar durante el primer gobierno de Lula a través de la cual se repartían sobornos periódicos a diputados para comprar apoyo político en el Congreso.
Igualmente, un tribunal de segunda instancia sentenció el año pasado a Dirceu a una pena de 30 años y 9 meses de prisión en una causa relacionada con los millonarios desvíos que operaron durante una década en Petrobras y que ya ha llevado a prisión a importantes empresarios y políticos de todo el arco parlamentario. No obstante, el juez Moro suspendió la nueva acción contra Dirceu por un año al considerar que “lo que es necesario es hacer efectivas las condenas ya formuladas y no nuevas condenas”. Dirceu, que por décadas fue el principal asesor y la mano derecha de Lula, también fue el artífice de la campaña que llevó al antiguo dirigente sindical a ganar las elecciones presidenciales de 2002, tras las cuales fue nombrado ministro de la Presidencia, un influyente cargo dentro del Ejecutivo brasileño.
Por otro lado, el exmandatario también está acorralado por la Justicia ya que acumula siete procesos penales, la mayoría por sospechas de corrupción, y en uno de ellos ya fue condenado en segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso también ligado con la trama destapada en Petrobras. La defensa de Lula presentó en la víspera un recurso en el tribunal de segunda que lo condenó y en caso de los magistrados rechacen la apelación, el ex jefe de Estado podría ser preso para empezar a cumplir la pena recibida, algo que podría ocurrir en los próximos meses. EFE
