Opinión

Juicio político a Trump

Juicio político a Trump

En la historia política de Estados Unidos solo dos presidentes han sido objeto de juicio político. El primero fue Richard Nixon, cuando en agosto de 1974 se vio en la obligación de renunciar acorralado por el Escándalo Watergate, siendo sustituido por el vicepresidente Gerald Ford. El segundo fue Bill Clinton, al ser acusado de perjurio y obstruir investigación judicial sobre las relaciones sexuales con Mónica Lewinsky, una antigua becaria de la Casa Blanca.

Clinton no fue destituido y al concluir su segundo período su aprobación rondaba el 70%.

Se acerca la juramentación de Donald Trump y no faltan analistas que sostienen la tesis de la probabilidad del juicio político, por su carácter atípico y conducta autónoma que riñen con normas tradicionales de esa nación. Más que los demócratas, los congresistas republicanos exhibirían mayor inclinación a la destitución, al percibir al próximo presidente como un hombre independiente, que simplemente tomó de instrumento a ese partido, uno de los dos grandes, para alzarse con la presidencia.

Ese celo o desconfianza hacia Trump se mantiene pese a que algunos miembros del Partido Republicano aparecen en el gabinete. Esas designaciones, sin embargo, no cierran heridas con prominentes líderes del partido, incluyendo a senadores y a miembros de la Cámara de Representantes, los cuales fueron confrontados y desafiados en plena campaña electoral por el hoy presidente electo.

El vicepresidente electo, Mike Pence, podría ser el hombre ideal para el relevo forzado, aunque institucional, por tratarse de un republicano auténtico y de carrera. Con Pence se sentirían representados y hasta reivindicados sobre lo que perciben como un robo.

Aunque los juicios presidenciales no son comunes en Estados Unidos, Donald Trump, por sus propias características, ofrecería méritos sobrados para la probabilidad. Se dice que hay senadores republicanos, con nombre y apellido, que tendrían la iniciativa. Dado su alto rango y liderazgo dentro del Partido Republicano podrían obtener el concurso de sus correligionarios.

Pero en el hipotético caso de que los congresistas republicanos apunten en esa finalidad, entonces requerirían del voto demócrata para alcanzar la mayoría requerida. ¿Se involucrarían los demócratas en esa eventual empresa? ¿En qué le conviene al Partido Demócrata una destitución de Donald Trump? Su posible participación dependería del beneficio político y por el momento no se percibe. Esperemos.

El Nacional

La Voz de Todos