Opinión

Junot Díaz

Junot Díaz

El Gobierno no me va a callar”, advierte el laureado escritor y único Premio Pulitzer dominicano, Junot Díaz (pág. 31, DL), respondiendo a una iniciativa motus propio de Eduardo Selman, cónsul de la República en Nueva York, quien retiró la “Medalla al Mérito Ciudadano”, que Junot se ha ganado con un esfuerzo literario sostenido y tenaz.

Hijo de una ex obrera de la Chocolatera, Junot pertenece a una ola de emigrantes que tuvo que enfrentar todo tipo de discriminación, limitaciones económicas y violencia, para llegar a ser quien es hoy, por eso afirma que “ha durado muchos años aquí en ese país (USA), donde cuando la gente te quiere callar, te da un fuetazo”.

Y, añade, “si yo he sobrevivido a eso, puedo sobrevivir a lo otro”, y ¿Qué es eso otro?, el injustificado acoso de un cónsul a quien le ha dado por jugar a “nacionalista” y que no oculta su beligerancia frente al tema haitiano y dominico haitiano, como pude comprobar cuando participé en un tertulia, en el patio de Natasha Sánchez, donde este, acompañado de su abnegadisima esposa, conjuntamente con otros intelectuales, hicieron gala de su ignorancia frente a los principios del fundador de su Partido, Don Juan Bosch, en su Carta a los Intelectuales, de 1954.

En esa carta Don Juan, grosso modo dice: Si fuéramos nosotros los asediados por el hambre y la necesidad, y Haití estuviera en mejor condición económica que nuestro país, emigraríamos en masa al hermano país, exactamente lo que hemos hecho nosotros desde los años sesenta hacia los Estados Unidos, y el mundo.

Y es curioso que un hijo de inmigrante,, como lo es Selman, y lo somos todos, porque aquí los únicos nativos eran los Tainos y los exterminaron (de quien se rumora financió las turbas que acosaron al mejor Alcalde que ha tenido Nueva York, Di Blassio, durante el Desfile Dominicano, lo cual nos perjudica enormemente como comunidad), quien se preste a despojar a un dominicano de una medalla al mérito que se ha ganado en buena lid, y que le ha sido otorgada por el pueblo dominicano vía el gobierno de turno.

Por eso cuando dice: “Si yo he sobrevivido a eso (el racismo, el clasismo, la violencia contra los inmigrantes en USA) puedo sobrevivir a lo otro”, utiliza la frase de batalla que nos representa aquí y allá, porque lo que hace es simplemente reclamar para los dominicos haitianos el mismo respeto y dignidad que reclamos para nuestra gente no solo en los Estados Unidos, sino ya en todo el mundo.

No haber ido a recoger a medalla no autoriza a un cónsul, jugando a político, a embarrar al Estado.

Sudelka Garcia

Periodista de El Nacional Digital