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Junto a Tavárez Justo

Junto a Tavárez Justo

Alfredo Antonio Peralta en un campo de entrenamiento en Cuba.

Alfredo Peralta Michel, mártir de Las Manaclas
El escritor y periodista británico Gilbert Keith Chesterton considera que “el mártir es un hombre que se preocupa a tal punto por lo ajeno, que olvida su propia existencia”.
Alfredo Antonio Peralta Michel era de esas personas con excesiva preocupación por los demás, principalmente por aquellos que se encontraban oprimidos por una situación injusta. Y por eso prefirió el martirio en defensa de los demás y de sus opiniones.

 
Desde su adolescencia despertaron en él inquietudes políticas y sociales, como narra su hermano José Peralta Michel en el libro “Alfredo Peralta Michel, mártir de Las Manaclas”.

 
Alfredo Antonio fue asesinado el 22 de diciembre de 1963 por las fuerzas represivas del gobierno del Triunvirato, junto a Manolo Tavárez Justo y otros revolucionarios, en Las Manaclas, de San José de Ocoa.

 
Cuenta José Peralta que Alfredo Antonio fue un joven de naturaleza apacible y muy amistoso, que en la corta edad de su vida, compartía y cordializaba con amigos y amigas en todas las ocasiones factibles.

 
Reseña que es un mártir vegano de la patria, que de muy joven entendió los perjuicios de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, “y en corto tiempo, el daño irreparable que origina el quebrantamiento de la democracia”.

 
Refiere que Alfredo Antonio murió imbuido en su ideal patriótico en la insurrección constitucionalista de noviembre y diciembre de 1963.

 
Por íntima convicción se enroló temprano en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, ocupando un alto cargo en el comité provincial de esa organización.

 
Fue el líder del movimiento estudiantil vegano de resistencia a los remanentes del régimen trujillista.

 
José Peralta dice que las inquietudes humanas de Alfredo Antonio lo llevaron a rechazar las injusticias de la tiranía y los urteriores intentos de resurgimiento del régimen opresor del Triunvirato.

 
Sostiene que bajo ese convencimiento fue que se organizó en el 1J4 y se fue a las montañas en ese alzamiento que exigía la vuelta a la constitucionalidad conculcada el 25 de septiembre de 1963 con el derrocamiento del profesor Juan Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

 
Cuenta José Peralta que Alfredo Antonio fue seleccionado por Manolo Tavárez Justo para integrar el grupo y pactar la entrega de los guerrilleros del frente Enrique Jiménez Moya correspondiendo al ofrecimiento y compromiso de los gobernantes de turno. Pero a seguidas señaló que ese ofrecimiento se convirtió en un “vil engaño”.
El foco guerrillero al que perteneció Alfredo Antonio lo integraban 29 hombres, de los cuales sólo ocho salvaron la vida.

 
José Peralta describe el momento, en que apesadumbrado y triste, le enseñaron el cadáver de su hermano Alfredo Antonio, que había sido hallado a la orilla de un riachuelo.

 
“Aquel fue un instante de inenarrable emotividad”, relata José Peralta.

 
Y se pregunta, ¿Por qué apareció mi hermano en aquel lugar, separado de los demás guerrilleros fusilados? Dijo que Alfredo Antonio iba junto a otros tres con pañuelos blancos a tratar la entrega del grueso de los guerrilleros cuando fueron sorprendidos por una patrulla del Ejército que lo aniquilaron, con excepción de uno que lo llevaron a la comandancia militar de la zona.

 
Reseña que su hermano recibió un tiro encima del corazón y haciendo un esfuerzo inmenso caminó tambaleándose hasta un arroyo en donde lo encontró la guardia “aún con vida, desfalleciente, y les dijo: “Denme agua, tengo sed. Allí murió”.

El Nacional

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