¿Qué Pasa?

Kenny Grullón “El cine tiene gran deuda con la comedia”

Kenny Grullón  “El cine tiene gran  deuda con la comedia”

Para Kenny Grullón, el desarrollo del cine dominicano tiene una deuda grande y significativa con la comedia, género que ha hecho que el dominicano respalde la industria criolla que llena las pantallas de los cinematógrafos. Dice que el dominicano es alegre por naturaleza,  no importa los problemas que esté pasando y que se identifica con la comedia, y ya se ha creado un público para el cine criollo a través de este género.

Advierte que las películas dominicanas de otros géneros pueden aprovechar ese público, que a través de la risa los productores locales han captado.

Cuenta que en ¿Pa’ qué me casé? hace del   licenciado Peralta, un bonachón, romántico muy cursi que se enamora del personaje de Cheddy y que al final de la trama hace un cambio sorprendente. “Siempre me gusta hacer un cambio físico a los personajes que interpreto y partiendo de esas premisas armamos la propuesta del personaje”, explica a Qué Pasa!.

Sostiene que el guión es básico en toda producción. “En el caso de la comedia, aunque hay un idea base, debe aprovecharse el repentismo. En el humor debe fluir la espontaneidad de los actores: la química entre ellos es lo que hace que una comedia cumpla su cometido de divertir al público”.

Sobre el director, Roberto Ángel Salcedo, sostiene que “se educó entre comediantes y conoce bien los códigos, él se goza los actores creativos y sabe cómo sacarle provecho. Roberto tiene su librito y, si le ha funcionado, entonces… ¿Para qué cambiarlo?”

El artista

Su nombre real es Armando Ariel Henríquez Grullón, y sus inicios, por la vía del teatro, de la mano de Iván García, ocurrieron en 1982. Iba a ser publicista y psicólogo, para lo cual comenzó a estudiarlas, pero no terminó ninguna. La actuación le sustrajo hacia los escenarios.

Junto a Freddy Beras Goico y Cuquín Victoria creció como hombre de la televisión cómica y el espectáculo teatral, en clubes nocturnos de primera línea.

En teatro, su prueba y desafío mayor fue el protagónico de “El Violinista en el tejado”, musical memorable en el Teatro Nacional Eduardo Brito.

Está casado con Ana Rossina Troncoso, con quien ha procreado tres hijos.
Javier, de un anterior matrimonio, es su brillante continuador en los escenarios y las pantallas.