Opinión

La advertencia de Omar

La advertencia de Omar

Las temperaturas del planeta comenzaron a registrarse, desde el punto de vista científico, a partir del año 1850, lo que ha permitido demostrar que los trece primeros años del siglo XXI se encuentran entre los catorce años cálidos desde esa fecha

El pasado año, la temperatura media mundial en la superficie de la Tierra fue medio grado superior a la media registrada en el periodo 1961-1990.

La temperatura se incrementó de forma importante a partir de 1950, así la tasa de calentamiento en los 50 últimos años fue casi el doble que en los últimos cien años.

El efecto calor de las ciudades es poco con relación al nivel del calentamiento global.

Las mediciones por satélite confirman el calentamiento pues establecen que las temperaturas de la zona inferior de la atmósfera se han incrementado 0,22 grados por década desde 1979.

Los cambios de temperatura no son homogéneos en todo el planeta. Desde 1979, las temperaturas sobre la superficie de la tierra ha aumentado aproximadamente el doble de rápido que las temperaturas sobre la superficie del océano, que nunca ha pasado de 0,25 grados en una década.

Las temperaturas del océano aumentan más lentamente que las temperaturas de la tierra debido a la capacidad térmica más efectiva de los océanos y porque el mar pierde calor por evaporación.

De acuerdo a los ambientalistas, el hemisferio norte se calienta más rápido que el sur, ya que tiene más tierra y mayores extensiones de nieve, y el hielo marino estacional es objeto de retroalimentación y calor.

El nivel del mar ha subido en el planeta desde principios del siglo XX una media de 19 centímetros debido a la expansión térmica del océano por el incremento de temperaturas y el derretimiento de los glaciares y casquetes polares.

De modo que la isla de Santo Domingo está entre los espacios que cada año pierden terreno frente al mar. Unos pocos milímetros que en varias décadas llegarán a metros.

Esa es una advertencia para tomar en cuenta, si realmente queremos pensar en las generaciones futuras.

El Nacional

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