Opinión

La Asamblea Constituyente

La Asamblea Constituyente

Hay sectores que se asombran de que algunos tribunales, incluyendo las altas cortes, sean dominados o influidos por un determinado partido político, que  les sirve para protegerse ante determinados reclamos de la sociedad, como por ejemplo funcionarios o ex funcionarios acusados de corrupción. Estamos conscientes de que la corrupción es un cáncer difícil de erradicar, pero cuando hay voluntad política sí puede ser por lo menos controlada. Hay que seguir luchando hasta el final, para lograr ese objetivo.

Esa situación, que la vivimos casi a diario en la República Dominicana, confirma una vez más la necesidad de que en nuestra Constitución se incluya la figura de la Asamblea Constituyente, para que cuando haya que tomar medidas trascendentes en la vida nacional, sea ella quien tome las soluciones, incluso hasta para modificar la Carta Magna, que hasta ahora está a cargo de una Asamblea Revisora. En vista de que en el caso dominicano hay un dominio casi absoluto del Congreso por parte de un partido político, la Asamblea Constituyente se hace cada vez más necesaria, para evitar que sean los representantes de los partidos quienes tomen las decisiones, siempre a su favor y en desmedro de los reales intereses del pueblo.

La  Asamblea Constituyente es una reunión nacional de delegados del pueblo—no representantes— elegidos con el objetivo específico de determinar las reglas de funcionamiento del Poder Público como fundamento de su sistema político y plasmar a través de un pacto político en una Constitución fijando reglas para un nuevo Estado y de convivencia entre éste y la sociedad.

Creo que para mayor diafanidad, al convocarse la Constituyente mediante el voto secreto y universal, se escogerían las figuras más reconocidas por sus sentimientos patrióticos, en cada una de las provincias del país. Esos serían los que modificarían la Constitución, para recoger en ella las ansias del pueblo.

Esa Constitución tiene que dar paso a un gobierno esencialmente democrático y representativo, evitándose así inútiles confrontaciones partidarias, como sucede ahora en el más grande partido político de la oposición, lo que es una amenaza para la consolidación del proceso democrático.

Sin un contrapeso opositor, el país corre el riesgo de caer en una dictadura supuestamente constitucional, lo que sería una bofetada a la lucha de tantos héroes y mártires que dieron su sangre por una democracia que de ningún modo es la que tenemos.

En el gobierno de Leonel Fernández se realizaron encuestas populares encaminadas a elaborar una nueva Constitución,  excluyéndose  la opinión a favor de una Constituyente, que fue lo el pueblo decidió.

El Nacional

La Voz de Todos