Opinión

La autodeterminación

La autodeterminación

Orlando Gómez Torres

El derecho a la autodeterminación de los pueblos es un concepto bien establecido en el derecho internacional. Como otros derechos humanos de tercera generación es un derecho colectivo cuya naturaleza subyacente es eminentemente política, lo que le hace un derecho de exigibilidad compleja.

La situación en Cataluña y Kurdistán aunque marcadamente distintas en su contexto político, van a poner a prueba la fe ciega de la comunidad internacional sobre el derecho de la autodeterminación, y deberá llamar a los especialistas de derecho internacional a cuanto menos retomar el tema.

La autodeterminación de los pueblos ha sido un argumento legal muy conveniente en el pasado, ha servido para detener la opresión sobre grupos étnicos en regiones de países poco democráticos, y también sirvió para justificar parte de la geopolítica de la Guerra Fría, al servir como base para justificar el desmembramiento de Estados-Naciones que no respondieron a los intereses del momento de las principales potencias.

Los referendos independentistas en Escocia y Cataluña, y en cierta medida hasta el mismo referendo que llevó al Reino Unido a salir de la Unión Europea, presentan un reto inesperado sobre lo que hasta ahora se consideraba un derecho sagrado.

Estas no son regiones claramente oprimidas como pudiera decirse de lo que ocurría en Yugoslavia, en los soviets de la antigua Unión Soviética, Sudán del Sur o el mismo Kurdistán, estos reclamos de autodeterminación tienen una naturaleza enteramente política explotando romanticismos históricos de micronacionalismos que no tienen aplicabilidad en la realidad de estos tiempos.

Adicionalmente, los sueños independentistas de regiones como Cataluña no tienen un beneficio notablemente aparente para sus ciudadanos. La independencia representaría para Cataluña una catástrofe económica para la región al sacarla de la zona Euro, la zona Schengen y la Unión Europea de un solo golpe, afectando virtualmente a toda su economía, a cambio de absolutamente nada, en detrimento de todos los catalanes y produciendo un daño evidente y totalmente innecesario al resto de los españoles.

No muy distinta era la situación para Escocia en su primer referendo y para el Reino Unido con su Brexit.
Por su lado, la situación de Kurdistán en Irak es notoriamente diferente.

Los kurdos han sido una minoría persistentemente reprimida dentro de Irak, y sin embargo han logrado mantenerse como la porción más estable de ese país, y han encabezado el contragolpe frente al Estado Islámico en la región. La problemática de la autodeterminación de los kurdos ha sido persistente desde el acuerdo Sykes-Picott, no sólo en Irak, sino en Siria, Irán y especialmente en Turquía luego de la caída del Imperio Otomán.

Los derechos humanos suelen hablarse en términos absolutos. Derechos humanos como el derecho a la autodeterminación de los pueblos ameritan un poco más de consideración como los ejemplos de Cataluña y Kurdistán nos muestran. Nunca he sido muy favorable de los derechos colectivos por el subyacente político atado naturalmente a ellos, y entiendo que este rompecabezas halado por los moños en el que se ha convertido el derecho de la autodeterminación confirma mis sospechas.

El Nacional

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