Opinión

La complicidad del PRD

La complicidad del PRD

El país se hunde en el fango de las inconductas.

El territorio nacional es el paraíso del narcotráfico.

El crimen y la violencia se han impuesto. Nadie está seguro en ningún lugar.

La corrupción ya no se detiene en la puerta de ningún despacho.

Los tres poderes del Estado corrompidos. Los llamados “poderes fácticos” también han sido corrompidos.

La corrupción es  un instrumento al servicio del poder y del continuismo.

La República Dominicana atraviesa por la peor crisis moral de toda su historia porque no sólo afecta a las estructuras del gobierno, sino que ha penetrado en todas las áreas de la sociedad, ha logrado envilecer de algún modo a todos los ciudadanos y ciudadanas.

La corrupción se expresa hoy tanto arriba como abajo; es decir, tanto entre los ricos, como entre los pobres. Sólo que a niveles distintos.

Y en el fondo de este marco macabro está la  falta de educación.

No es casual, pues, que el gobierno invierta menos del 3% del Producto Interno Bruto en educación cuando la ley establece un 4% mínimo. Los gobiernos que desean que sus países progresen invierten hasta el 10% del PBI en educación. Y es que un pueblo sin educación, como el nuestro, es fácil de engañar, de corromper, de envilecer y  humillar, como lo vemos a diario cuando el Presidente de la República sale a repartir migajas del poder a los pobres.

En estos días de escándalos navideños, como regalo al pobre pueblo dominicano, me he estado preguntando hasta donde es cierto que el presidente de la República también ha metido sus manos en el PRD, partiéndolo en dos o en tres, para evitar que pueda realizar su papel de opositor y de equilibrio en la caricatura de democracia que vivimos. No lo dudo. Resulta muy extraño que el país se esté cayendo a pedazos y que el único partido que puede impedirlo, no esté haciendo nada, sólo discutir diferencias internas que a nadie interesan, ni les importan. Algo me huele mal, algo está putrefacto en una parte del PRD porque de lo contrario no se estuviera hablando de candidaturas que deben ser escogidas en unos años, no mañana, ni dentro de una semana.

El Presidente  dividió al Partido Reformista comprando a una  parte de sus dirigentes; ahora parece que decidió comprarlo entero y ponerlo a su servicio. El Estado, es decir, los recursos del Estado manejados por el Presidente, es el que  “unifica” al Partido Reformista y convierte al jefe del Estado en su “único líder”.

Ahora el Presidente es dueño y líder de dos partidos. Me cuesta mucho pensar que haya logrado ser dueño de una parte del tercer partido del sistema. No dudo nada de nadie. Ya no creo ni en mí mismo.

El PRD tiene una oportunidad enorme de colocarse a la vanguardia de la lucha por rescatar el país de las manos nefastas de quienes desgobiernan la nación. El PRD tiene el compromiso histórico de impulsar el desarrollo nacional desde una perspectiva aglutinante, moderna, nacionalista y revolucionaria, como diría el olvidado doctor Peña Gómez.

Pero no,  se divide y se atomiza. Sus fuerzas se  desgastan en discusiones pendejas, mientras  al pueblo se lo lleva el Diablo. La gente lo que quiere es trabajo, y no hay; comida, y no hay; salud, y no hay hospitales; educación, y no hay escuelas, seguridad ciudadana, y nadie está seguro. Esas son las cosas que le interesan a la gente. No si Miguel, Luis o Hipólito serán candidatos. Si la vaina sigue como va, para el 2012 no habrá pueblo,  se lo habrá tragado la crisis económica y la crisis moral, que nadie sabe cual es peor.

La sentencia de la Suprema Corte de Justicia en torno al préstamo de 130 millones de dólares a la Sun Land, declarando inadmisible el recurso de inconstitucionalidad que interpuso el PRD y el Foro Social Alternativo, era previsible. Nada se hizo  para que fuera de otro modo. No bastaba con  llevar el documento y producir una que otra declaración. Luego los indultos, también inconstitucionales. Otro escándalo. Le sigue la Cámara de Cuentas y de Cuentos. Otro escándalo. No olvido lo de Bellas Artes. El caso Quirino que se llevará de paro, si es tratado seriamente, a más de uno del gobierno. Mientras los escándalos de corrupción se suceden. Violencia, crimen, drogas, crisis económica y gasto desmedido del Presidente de la República producen una bomba de tiempo. ¿Y que hace el PRD ante esa situación tan peligrosa? ¡Nada!

El PRD debe aplicar una política de masas; salir a las calles a organizar la lucha de la clase media y de los pobres. El todo es más importante que cualquiera de sus partes. El país está por encima de los intereses de Luis Abinader, de Miguel Vargas y de Hipólito Mejía. ¡Carajo!

El Nacional

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