Opinión

¿La Convencion del PRD?

¿La Convencion del PRD?

Cuando analizaba el aparentemente inútil esfuerzo de la guerrilla del 1J4 del 1959, contra aquella considerada como invencible maquinaria militar del tirano Trujillo; y cuando desglosaba con tristeza los resultados de la guerrilla del 63, a raíz de mis lecturas de las memorias de Fidelio Despradel, yo planteaba que ambos esfuerzos habían sido un desperdicio de irremplazables vidas.

Mi compañero me miró y me dijo, Chiqui, en ambas situaciones aparentemente los expedicionarios perdieron la guerra, pero ganaron la batalla moral. Dos años después caía la dictadura de Trujillo, y dos años después se desataba la guerra de Abril. Lo que parecía una derrota fue el detonante para la victoria de la mejor dominicanidad.

Luego me recordó la actitud de Fidel Castro, cuando con doce guerrilleros sobrevivientes, y bajo un intenso bombardeo de la aviación batistiana, repetía eufórico: ¡Ganamos! El también entendía el valor simbólico de su acción, y el infinito potencial del mensaje que enviaban a la población: esta dictadura puede derrotarse.

He pensado en estos tres ejemplos ahora que el país se prepara para la crónica de una muerte anunciada, es decir, para una supuesta convención del PRD donde todo parece estar amarrado para la victoria de Miguel Vargas, un candidato cuya máxima “virtud” parece ser la terquedad, y la reconocida ambición de poder de quienes le rodean.

Hoy leí que July Ares se murió del dolor de cabeza que le provocó el ver a su familia, perredeista de vieja cepa, excluida del padrón. Tengo para Guido Gómez Mazara un enorme frasco de Tylenol extra fuerte, que debe tomarse cada vez que se enfrente con la maquinaria del PRD, para evitar los derrames, sino cerebrales, de lágrimas.

Es cierto que el PRD debe depurarse de “viejos robles” comidos de carcoma, que han alejado a los sectores emergentes y a la juventud de sus filas, pero no es menos cierto que en su militancia hay aun gente muy honorable, con un largo historial de lucha por las mejores causas. Hugo, Ivelisse y Milagros son los tres puentes que existen entre el PRD y el resto de una sociedad a quienes ciertos líderes perredeistas le causan urticaria.

Guido es otro puente, pero con la memoria, con el recuerdo de unos tiempos cuando los hombres y las mujeres enfrentaban la muerte todos los días por el país que soñaban. Verlo es ver al Moreno, quien en su momento entendió que la lucha política era una guerra y se embarcó en ella aunque desde el punto de vista pequeño burgués era un suicidio.

No importa que Guido pierda la Convención. En esa pérdida estará su ganancia moral, la única que vale el dolor de cabeza.

El Nacional

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