Opinión

La coronel

La coronel

Por primera vez en la historia del Ejército de República Dominicana, una mujer asume el mando de un batallón de infantería, honor que recayó sobre la coronel Paula Fernández Jiménez, quien dirigirá a 450 soldados del Segundo Batallón Francisco del Rosario Sánchez, un logro que debe asumirse como referente y ejemplo de que con dedicación y esfuerzo se superan obstáculos o barreras de género.

Con 36 años de edad y con un excelente currículo académico e intachable hoja de servicio la coronel Fernández Jiménez se erige como un modelo a seguir por otras 75 mujeres militares que estarán bajo su mando y para la sociedad en sentido general compelida a promover equidad de derechos y de accesibilidad laboral y académica.

Son numerosas las mujeres que han alcanzado rangos superiores en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, pero con su designación la oficial Paula ingresa en la historia militar como la primera comandante de un batallón de infantería, una distinción que se ganó con propio esfuerzo, tanto en entrenamiento militar como en el ámbito académico.

Una sociedad atormentada por constantes feminicidios, acosos, maltratos e inequidad de género, recibe muy complacida la designación de la coronel Fernández Jiménez, como primera mujer jefa de un batallón del Ejército Nacional, un histórico logro que celebran todas las mujeres dominicanas.

El reverso de la moneda

El Consejo del Poder Judicial destituyó a dos juezas y sancionó a otras dos con 30 días de suspensión al encontrarlas culpables de incurrir en faltas graves en el desempeño de sus funciones que violentan el código de ética de los magistrados consistentes en observar conciencia funcional e institucional, credibilidad, decoro, independencia, imparcialidad e integridad.

Duele saber que cuatro magistradas que ostentaban elevadas funciones en el tren judicial sean hoy objeto de escarnio público a causa de un comportamiento venal y de faltar a la confianza que en ellas depositaron sus superiores y la sociedad.

El nombre de la coronel Fernández Jiménez se menciona con orgullo por convertirse en la primera mujer que comanda un batallón de 450 hombres, pero los de las juezas sancionadas se omiten por vergüenza ajena y por respeto a sus familias.

La sociedad dominicana tiene el deber de exaltar y reconocer a todos los ciudadanos que alcanzan lauros sobre la base de preservar y promover valores y a la vez condenar al olvido y desprecio a todo aquel que subvierta códigos éticos y se haga reo de sanciones penales. Es como diferenciar el trigo de la cizaña.

El Nacional

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