Opinión

La corrupción conductual

La corrupción conductual

Las ciencias forenses han hecho importantes avances en la comprensión de la conducta criminal. Con ello, han diseñado herramientas válidas y confiables, como la perfilación criminal, que, por haberse empleado casi exclusivamente en delitos de sangre y sexuales, han mostrado rigidez en sus modelos de uso y limitado su aplicación en la comprensión de delitos de otras categorías, como la financiera o económica.

La comprensión del comportamiento delincuencial ha sido el motivo de estudio para diversas disciplinas de conocimiento que bien se pueden agrupar en las denominadas ciencias forenses, que han brindado asesoría a la administración de justicia cada vez con mayor refinación, validez y confiabilidad.

Aunque la psiquiatría y la psicología hanhecho valiosos aportes en la reflexión sobre el fenómeno criminal, evidentemente, no sólo desde la perspectiva de estas dos ciencias del comportamiento, se ha desarrollado conocimiento para la comprensión y control de la conducta delincuencial.

Por eso es que especialistas de la conducta no encuentran otra explicación que no fuera narcisista, el hecho de que muchos ricos incurran en actos dolosos, sin necesidades económicas.

En ese sentido, un estudio publicado en la revista Personality and Social Psychology Bulletin, en el que investigadores de la Universidad de California aseguran que los ricos muestran actitudes más altivas, arrogantes y narcisistas que los pobres.

Según la investigación, las personas de clase alta efectivamente muestran comportamientos menos éticos que los individuos con menor poder adquisitivo.

 

El elemento que explicaría esta diferencia sería la codicia: las personas ricas tienden a preocuparse más que el resto por su propio bienestar material, un condicionante del comportamiento que los lleva más fácilmente a incurrir en actitudes reñidas con la ética.

El crimen financiero son acciones fraudulentas que afectan los intereses de orden económico de una organización; los componentes de la acción fraudulenta –como la falsedad documental o personal y la suplantación, entre otras– o su resultado –como el hurto o la estafa– pueden estar tipificados la norma prevalente y configurar un concurso de delitos.

La firma del delincuente permanece estable en el tiempo y con mayor seguridad permitirá establecer una conexión entre los casos, cuando se trata de un mismo criminal o grupo criminal.

No pretendo justificar las acciones corruptas de políticos y empresarios, que como verdolaga se propaga a otras áreas de trabajo, pero la realidad es que el problema ha llegado hasta el mismo tuétano de la sociedad.

El Nacional

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