Opinión

La cruzada de Ángel Muñiz

La cruzada de Ángel Muñiz

Recientemente, tuve la honra de conversar con el destacado cineasta y productor de cine Ángel Muñiz. Como era lógico, hablamos sobre la industria cinematográfica dominicana y sobre las debilidades institucionales en el combate contra la piratería. Muñiz es el artista y productor de contenidos de nuestro país que más ha proclamado, por todos los medios, la lucha contra la piratería, particularmente en el ámbito de la reproducción y venta ilegal de las películas.

En respuesta a la piratería, se ha lanzado a vender en las calles, a RD$100.00, su última película Ladrones a domicilio, que mereció tres premios Casandra. Con entusiasmo, Muñiz me comentaba lo exitosas que han sido estas ventas, en Santo Domingo y en Santiago, y cómo ha estado recibiendo propuestas de patrocinio para estas jornadas, y que, por tanto, las ventas continuarán.

Resalta que la industria cinematográfica dominicana no ha podido evitar, por ausencia de mecanismos institucionales y legales fuertes (ausencia de voluntad política – todavía no se ha aprobado la Ley de Cine), la alta penetración de la piratería, la cual hace gala de su extraordinaria habilidad criminal que, efectivamente, perjudica el arduo trabajo de los productores y actores y también la capacidad de ingresos y beneficios que la misma pueda generar. Esto ha provocado que productores como Muñiz estén decididos a que sus producciones, en vez de ir al cine, sean vendidas y promocionadas exclusivamente en DVD, al precio de cien pesos, algo sumamente atractivo para los consumidores.

Esta medida también combate y reduce la piratería, pues al estar el producto original en las calles y, a ese precio, los vendedores de películas ilegales (aquellos “muchachos de mochila”) huyen de los puntos en donde se venden las películas legales. Y, ¡ay de ellos si osan en aparecerse a estos lugares!

Por otra parte, hay otra realidad que trasciende a la venta al detalle de las películas ilegales. Me refiero a los llamados “pejes gordos”, a quienes importan los DVD (en blanco) y los venden (de manera informal y sin registro) a los que los que agregan contenido ilegal y los venden en el mercado. Según Muñiz, desde el 2005 hasta 2008, se han importado más de cien millones de DVD (en blanco) a la República Dominicana, lo cual no es ilegal. Lo que es ilegal es no registrar en sus libros las ventas que luego se hacen de estos DVD. Aquí, entonces, la necesidad de coordinar una lucha interinstitucional (entre Aduanas, Impuestos Internos, Oficina Nacional de Derechos de Autor y Procuraduría General de la República) para efectivamente lograr saber el destino de estos DVD, que luego terminan en las mochilas y en el mercado negro de la piratería de películas dominicanas.

Esta cruzada de Ángel Muñiz no es solo de él. Al contrario, debe ser asumida por la industria cinematográfica nacional, por los productores dominicanos, y por aquellos hombres y mujeres que creen en el respeto a la ley.

Desde aquí, mi admiración y respeto por Ángel Muñiz y por el cine dominicano.

El Nacional

La Voz de Todos