Opinión

La cuota de la mujer

La cuota de la mujer

Hay que reconocer que gracias al movimiento feminista a la mujer se le reconocen muchos derechos con los que décadas atrás ni se soñaba. Pese a desatinos como el “lenguaje sexista”, que culpa al idioma de la injusta discriminación a que ha sido sometida, y a privilegios como la cuota electoral, al menos en el caso de República Dominicana, no cabe la menor duda de que el movimiento a favor de la igualdad de género ha valido la pena.

 Si en una época ese 35 por ciento en la boleta electoral de los partidos políticos era una extraordinaria conquista, en estos tiempos, por los avances que se han alcanzado, ya no tiene ninguna razón de ser. La igualdad de género, reivindicada con un sectarismo que espanta, se ha reducido al plano biológico.

Hombre y mujer son un ente con los mismos derechos sociales y políticos. Si se admite esa relación entonces el movimiento feminista ha debido renunciar a un porcentaje electoral, que además viola la Constitución.

“La República –reza el párrafo 1 del artículo 39- condena todo tipo de privilegio y situación que tienda a quebrantar la igualdad de las dominicanas y los dominicanos, entre quienes no deben existir otras diferencias que las que resulten de sus talentos o de sus virtudes”.

 Pero el capítulo 4 del mismo artículo es todavía más específico al señalar: “La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Se prohíbe cualquier acto que tenga como objetivo o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos fundamentales de mujeres y hombres.

Se promoverán las medidas necesarias para garantizar la erradicación de las desigualdades y la discriminación de género”. Si la mujer ocupa un lugar en alguna boleta electoral debe serlo por su capacidad de trabajo y sus condiciones intelectuales, pero en modo alguno por su condición biológica.

El Nacional

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