¿Qué Pasa?

La despedida al ídolo o el adiós al líder

La despedida al ídolo  o el adiós al líder

He de reconocer que el tema que trataremos puede tocar la sensibilidad de algunos. A propósito del fallecimiento de uno de nuestros líderes políticos más importantes, Hatuey de Camps Jiménez, un amigo, me preguntó que por qué las manifestaciones de duelo y comentarios de la opinión pública en casos como éste se limitan a figuras importantes de la política y la vida oficial, sin impactar tanto en barrios, campos y pueblos más apartados? Y acotaba: “A diferencia de lo que ha sucedido con la muerte de figuras del medios musical y artístico del país”.

Yo le recordaba que Balaguer, Peña Gómez y Bosch habían sido despedidos con grandes manifestaciones de duelo popular. Que incluso sus cuerpos fueron expuestos al público varios días.

Y el amigo me hizo notar que la diferencia es abismal, que la excepción es que estos líderes tuvieron siempre una conexión directa y casi personal con las masas, además de una ascendencia enorme en la vida pública. Si reflexionamos el tema más a fondo, veremos que en general las figuras de la política, y un poco también figuras del deporte, las ciencias, la comunicación y el arte, aunque gozan de simpatías populares no logran alcanzar ese n

vel de conexión íntima, casi personal con las masas, que suele lograr un cantante muy querido o un músico sobresaliente.
La muerte de Hatuey es un hecho que sin dudas golpeó el corazón del pueblo, considerando su rol en la vida pública de la sociedad por más de 40 años.

Sin embargo, ese sentimiento no se manifestó al nivel que ocurrió con las muertes de figuras del arte del nivel de Freddy Beras Goico o Yaqui Núñez del Risco, para citar dos ejemplos.

Pero aún así, el impacto en las masas tiende a ser mayor cuando quien muere es un ídolo de la música con gran penetración en el sentimiento popular. Tal vez esto obedece a la teoría del posicionamiento del personaje en las mentes y la vida cotidiana de la población, o al hecho de la conexión del artista con el pueblo es de tipo puramente emocional, sin que medie la toma de posiciones públicas ante problemas latentes, que bien pudieran dividir las opiniones y sentimientos de la gente a favor o en contra hiriendo o exacerbando los afectos.

Algunos ejemplos: la muerte de Jayson, quien fuera miembro del grupo Ilegales, la muerte de Papo, del Dúo Sandy y Papo, o las muertes de Selena, Jenny Rivera y más recientemente la de Juan Gabriel, revelan su grado de impacto en la sociedad, sin importar clases sociales, diferencias culturales o regionales.

Por ejemplo, la muerte de este último incluso ha opacado otros acontecimientos de mayor o igual dimensión noticiosa. De hecho, será velado en el Palacio de Bellas Artes de México, con la asistencia del presidente de México y de varios otros dignatarios y figuras internacionales, tanto del arte como de la vida pública y privada.

Definitivamente, entre un ídolo y un líder, aún cuando ambos sean figuras públicas reconocidas y aplaudidas, hay claras diferencias en los niveles de afectos recibidos de parte de las masas. Y muy pocas veces un pueblo revela tanto su devoción hacia sus líderes e ídolos, como al momento de despedirlos.

El Nacional

La Voz de Todos