Editorial

La escuela y el maestro

La escuela y el maestro

La sociedad dominicana festejó el viernes el Día del Maestro con las más elevadas expectativas que sobre el crecimiento económico y desarrollo social de la nación tendría el relanzamiento de la educación básica y preuniversitaria iniciada en 2012 con el cumplimiento de la ley que asigna un 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a la comunidad educativa.

En la primera etapa de ese proyecto se construyen decenas de escuelas dotadas con los instrumentales docentes y logísticos para completar el ambicioso programa de la tanda extendida, que ya alberga a más de un millón de estudiantes que reciben ocho horas de clases, incluido programa extracurricular.

Sobre los hombros del maestro descansa la mayor responsabilidad en la tarea de transformar la escuela dominicana y, por consiguiente, de esculpir al ciudadano del futuro, conforme a los requerimientos de una sociedad sustentada en el conocimiento, globalidad y en altos estándares éticos y morales.

La comunidad educativa, incluida la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), debería valorar el enorme sacrificio en que incurren el Estado y la sociedad, al derivar hacia el sector educativo más del 20% del Presupuesto Nacional de un año, lo que debe recibirse como la más valiosa inversión que realizan los contribuyentes, porque está destinada a la construcción del anhelado futuro de justicia y prosperidad.

Los más de 90 mil maestros que conforman el sistema educativo público están compelidos a abrevar de manera permanente o continua en todas las fuentes de capacitación e instrucción, porque no es posible forjar al hombre del mañana sin que primero se transforme la personalidad en términos de conciencia y preparación.

Es mucho, largo y difícil el camino por recorrer hasta consolidar una escuela moderna, inclusiva, donde los estudiantes abreven de un currículo escolar sustentado en conocimientos conectados con la modernidad y en valores que promuevan consolidación de la familia, amor, respeto y defensa a los cimientos de la nacionalidad y de la soberanía.

La Estrategia Nacional de Desarrollo consigna que en 2020 se destine un seis por ciento a la educación básica y media, lo que indica que casi 200 mil millones de pesos, al valor de ese tiempo, estarían disponibles para consolidar y ampliar lo que debería ser para entonces una escuela forjadora de ciudadanos bien preparados en los diversos niveles del conocimiento y dotados de una sólida conciencia social.

La mejor forma de festejar el Día del Maestro debe ser con la reafirmación de la absoluta voluntad política del Estado, Gobierno y sociedad, de impulsar sin pausa ni descanso el proyecto de transformación del sistema educativo nacional para que la escuela forje con su fuego creativo al hombre del mañana, que es lo mismo que transformar a toda la nación.

El Nacional

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