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La falsa inocencia de la palabra “lobby”

La falsa inocencia de la palabra “lobby”

 

De ningún modo la voz inglesa “lobby” es necesaria en nuestra lengua, pues para las dos acepciones en que se emplea puede ser sustituida, en español, por términos o expresiones de sentido equivalente.

a) Cuando significa “grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses”, puede sustituirse por grupo de presión o por grupo de cabildeo. Ejemplo: “Es un grupo de presión que trafica con influencias por estar bien situado cerca del poder”.

Con absoluta tranquilidad, algunas personas hablan de hacer “lobby” y “lobismo”, sin que nada las sonroje. El verbo inglés “to lobby” puede traducirse por ejercer presión o presionar, y también, por cabildear: se cabildea en el Congreso la aprobación de leyes; se cabildea en los ministerios el pago de deudas o la toma de decisiones.

Pero los cabilderos no usan esa palabra para referirse a ellos ni emplean el verbo cabildear para citar la acción que realizan. Prefieren “lobista” y “lobismo”, palabras que no están registradas en el Diccionario de la lengua española. Lobista o cabildero sería el equivalente del inglés “lobbyist”.

El verbo cabildear es definido como gestionar con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación. Es lo mismo que Intrigar. Andar de cabildeos es lo mismo que emplear intrigas. También es sinónimo amañar.

Cabildeo es la acción y efecto de cabildear y el cabildero es un intrigante. El Diccionario define intriga como un manejo cauteloso, acción que se ejecuta con astucia y ocultamente, para conseguir un fin. Enredo, embrollo.

El lobismo es una forma de gobernar sin ser el gobierno, sobre todo para sacar provecho a las decisiones de quienes administran las instituciones públicas.

Esta práctica tiene una amplia tradición en Estados Unidos, donde ha sido entendida como una colaboración necesaria entre la sociedad y los poderes públicos para el ejercicio de la política. Se atribuye al presidente John F. Kennedy haber dicho que: “Los lobistas me hacen entender un problema en 10 minutos, mientras que mis colaboradores tardan tres días”.

b) La otra acepción de la voz inglesa “lobby”, sí implica inocencia y de paso complejo de inferioridad lingüística. La usamos para denominar el área de entrada a un edificio.

En la segunda acepción, el Diccionario académico la define así: Vestíbulo de un hotel y de otros establecimientos como cines, teatros, restaurantes, etc., especialmente si es grande. De modo que puede sustituirse por la voz española vestíbulo. Pasillo, entrada o antesala pueden también sustituir el anglicismo que comentamos.

La primera acepción para “lobby” dice que se trata de: Grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses.

En este uso es que presenta la falsa inocencia, pues el “lobby” y el “lobismo” implican el uso de mañas y actitudes no santas. Meter esa voz extraña en nuestra lengua obedece también a una mala maña.

 

El Nacional

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