Opinión

La fiera muestra sus colmillos

La fiera muestra sus colmillos

El presidente Juan Manuel Santos emitió el viernes a viva voz la advertencia que, días antes, había difundido a través del ministro de Defensa, Rodrigo Rivera. Dijo que desautoriza “las iniciativas inconsultas, descoordinadas, espontáneas, de distintos agentes políticos en Colombia y afuera”.

Sobre la posibilidad de buscar salida negociada al conflicto armado, dijo que no hay condiciones para negociar con los grupos guerrilleros.

Utilizó como pretexto el estallido de un coche bomba la semana pasada. ¿Es casualidad el parecido de esta posición con la asumida por el poder estadounidense a raíz del derrumbe de las Torres Gemelas? Sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001, los halcones  estadounidenses montaron el rediseño del esquema de dominación, y sobre el estallido del coche bomba el pasado jueves   frente a Radio Caracol, Santos coloca su proverbial intransigencia.

Anuncia que no habrá diálogo con los grupos insurgentes, y desautoriza las gestiones de paz de la senadora Piedad Córdoba, quien, a propósito, anuncia otra reunión con el comandante Fidel Castro  y señala que no hace diplomacia paralela.

   Bien sabe Santos que no se trata de una labor de diplomacia paralela. Le molesta, porque no quiere diálogo sino la  autorización para montar operaciones de exterminio.

Sobre la reciente reunión con Hugo Chávez,  dirigió un claro mensaje a la oligarquía. Anunció el envío a Venezuela de  una comisión que  gestionará el pago de 800 millones de dólares a los exportadores colombianos, a quienes exhortó  a buscar nuevos mercados. Sencillamente,  pone en evidencia que el encuentro fue motivado por el compromiso de defender los intereses de  grupos  poderosos de Colombia ligados a Venezuela por tradición.

  Santos es aliado de la oligarquía y, como coordinador de la dependencia, ha colaborado con la entrega de bases militares a Estados Unidos. Sus intereses son contrarios a la paz.

 Manifiesta orgullo de que Colombia sea convertida en el  Israel de América… Por conveniencia, usó una máscara, pero se presenta ahora sin ella. ¿Se la tumbó, acaso, el coche bomba?

El Nacional

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