Opinión

La gente y la reelección

La gente y la reelección

Cuando en octubre del 2006, la comisión creada por el entonces presidente Leonel Fernández para redactar una nueva Constitución, inició el proceso de consultas a la población con miras a conocer su opinión sobre el particular, hubo datos interesantes.

Por ejemplo, en los 154 municipios en los que se hizo consultas hubo una coincidente tendencia cuando se llegó al punto de la reelección presidencial.

En cada uno de estos lugares, la gente prefería el sistema aprobado en la Constitución del 2002 que establecía dos períodos consecutivos y nunca jamás, mejor conocido como el sistema estadounidense.

En ese entonces, sólo el 13% respaldó el modelo que posteriormente se impuso, de dejar un período y luego permitir la candidatura del mandatario saliente.

Solamente el 11% respaldó la reelección presidencial indefinida. Esto ocurrió en el 2006 y pasado el tiempo la población amplió su pensar sobre este modelo político alcanzando en la actualidad el 80%.

La Constitución del 2010, presentada por el entonces presidente Leonel Fernández, recogió prácticamente todas las solicitudes fruto de esa consulta, tuvo en cuenta el sentir popular en la mayoría de sus modificaciones. Amplió derechos y modernizó nuestro marco normativo.

En las consultas del 2006, la población se identificó con el modelo estadounidense

Sólo en un punto clave el nuevo texto desconoció la voluntad de la población de los 148 municipios consultados. El tema de la reelección, el que fue acomodado para que Leonel pudiera volver a ser candidato, al eliminar el nunca jamás.

De manera que, la situación que hoy se debate en la sociedad, es el retorno al sentimiento de la población que prefiere un buen presidente durante dos períodos consecutivos y posteriormente dar paso a los nuevos liderazgos.

De modo que volver a plantear una consulta sobre el tema de la reelección es innecesario, porque esa mayoría, reflejada en las consultas del 2006 y ratificadas en las encuestas posteriores, merece ser respetada.

En la actual coyuntura es legítimo y democrático que ese cambio se produzca, porque surge de las entrañas mismas del pueblo, de la voluntad de la gente, que es donde realmente reside la soberanía popular, tal y como lo establece la Constitución dominicana.

El Nacional

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