Se lo tomaba como si fuera un chiste, pero lo entendía. Veía las grietas en la sociedad. Contempló el verdadero rostro del siglo XXI y optó por convertirse en un reflejo, en una parodia de él. Nadie más entendió el chiste. Por eso se encontraba tan solo. Esto me recuerda a un chiste: Un hombre va al médico. Le cuenta que está deprimido.

Le dice que la vida le parece dura y cruel. Dice que se siente muy solo en este mundo lleno de amenazas donde lo que nos espera es vago e incierto. El doctor le responde “El tratamiento es sencillo. El gran payaso Pagliacci se encuentra esta noche en la ciudad. Vaya a verlo. Eso lo animará”. El hombre se echa a llorar. Y dice “Pero, doctor… yo soy Pagliacci”. Es un buen chiste. Todo el mundo se ríe, suena un redoble y cae el telón. –Walter Kovacs
La candidatura del presidente electo Donald J Trump, inició como un chiste para el mundo, con sus propuestas desde sacar a los 11 millones de indocumentados de Estados Unidos hasta el muro que divide su gran nación americana con México (de donde salen todos los “Bad Hombres”) hasta volverse un reflejo de la sociedad americana.

Los políticos no caen del cielo, vienen de nosotros, son productos de nuestro propio sistema.

Trump es un reflejo de la sociedad americana. Entre los defectos que se le achacaban estaba ser un “candidato ignorante” pero si nos fijamos un poco la población norteamericana es la segunda más ignorante entre los países del primer mundo; de igual manera le criticaban que era un “candidato misógino” y según las estadísticas, en Estados Unidos el 87% de la mujeres entre 18 y 64 años han sufrido de algún tipo de acoso en la calle y por último se le criticaba que era un “candidato racista” pero por si no lo sabían el 50% de los estadounidenses cree que los musulmanes deberían ser vetados de su país.

Estados Unidos demostró tres puntos importantes en las elecciones: la verdadera cara de la sociedad que el mundo considera perfecta, intachable; los que eligieron a Trump fue la misma sociedad; compraron lo que él vendía , lo único que no venden los políticos es “la verdad y transparencia de pensamiento”.

Dijo lo que nadie se atrevía a decir, solo a pensar; y 2do, demostró que ganó justo por el libro. Jugó bajo las reglas y resultó victorioso, y tercero, no debemos creer todo lo que las encuestas y medios digan. Durante las últimas páginas de la campaña daban por seguro la victoria de Hillary Clinton, que Trump no se le iba a acercar y el resultado fue todo lo contrario.
Le preguntaron a un comediante ¿qué ha sucedido con el sueño americano? A lo que este responde simplemente “se ha cumplido y lo están mirando”.