Cuando esta entrega salga a la luz pública, se habrán cumplido 78 años de una de las contiendas bélicas más conmovedoras del siglo XX: La Guerra Civil Española. Después de la Revolución Haitiana, me atrevo a escribir, que no ha existido un estallido político, social, ideológico, económico y religioso, con tan alto grado de complejidad, como el acontecido en la España de 1936.
Esa ”Revolución”, que más bien sirvió de ensayo a la segunda guerra mundial que se avecinaba, presentó una amalgama de elementos y actores, que la hacen inigualable, pues la sociedad española recibió el impacto de los nacionalismos, las luchas ideológicas, la presión de una izquierda revolucionaria inspirada en los ideales bolcheviques, una derecha fascista conspiradora, una izquierda moderada, que no aspiraba a cambios radicales, una derecha republicana que se mantuvo conservadora, una derecha católica, que se prestó a los golpes más bajos contra la República y unos eternos seguidores de la monarquía, que se resistían a perder sus privilegios.
Los resentidos sociales, los monárquicos, la falange fascista, el alto mando militar, la iglesia católica y todos aquellos que no querían perder sus posiciones de privilegios, nunca le perdonaron al Frente Popular, su victoria convincente en las urnas e iniciaron el plan conspirativo, conformando lo que se llamaría ”El bando de los sublevados” o bando nacional, contrario al bando de los republicanos, que aglutinaba a los partidos republicanos, socialistas, marxistas-leninistas, partido comunista español, sindicatos y el partido nacionalista vasco.
Del 18 de julio de 1936 al primero de abril de 1939, la guerra española se comió a sus propios hijos y nunca se sabrá la cantidad de muertos. A la República Dominicana, le cupo el honor de recibir a muchos españoles, que huyeron del genocidio que llevó a cabo Francisco Franco. España quedó totalmente destruida y los efectos psicológicos se mantienen 78 años después.
La Guerra Civil Española ha pasado a la historia como una contienda atroz, monstruosa, donde no se conoció el perdón, la piedad, ni el respeto por los niños indefensos. La población civil fue brutalmente asesinada como estrategia de guerra del general Francisco Franco.
