Para nadie es un secreto que la luz es un factor importante en los diferentes espacios, ya sea de su casa, oficina, o cualquier lugar al que asistan personas. Puede ser reluciente donde se necesite o más tímida dependiendo del ambiente que se quiera crear.
“La luz es el alma de los espacios”, afirma la decoradora Wilna Rodríguez, agregando que esto es así por su capacidad de dar carácter, identidad y sensaciones a los lugares en lo que nos encontramos.
Wilna, quien tiene un máster en diseño de iluminación arquitectónica, en la Universidad Politécnica de Madrid, resalta que la luz tiene un efecto imperceptible en cada uno de nosotros, sin embargo nos hace reaccionar de diferentes maneras, según sus características y la forma en la que la estamos recibiendo.
“El uso adecuado de la luz, es uno de esos temas que hoy en día vale la pena reflexionar. Su correcta aplicación es de vital importancia para el bienestar y el rendimiento de las personas”, afirma la experta.
De la iluminación residencial dice que ya no se trata de tan solo una luminaria en el centro del techo, pues existe un mundo de posibilidades y efectos que podemos emplear a través de la iluminación artificial.
Aprovechando la luz natural
Rodríguez recomienda siempre aprovechar la iluminación natural, pues además del ahorro energético que beneficia por su buen uso, nos da una buena calidad lumínica.
“Cuando no tenemos suficiente iluminación natural entonces es cuando entra la iluminación artificial, que al igual que el mobiliario, tiene una gran importancia en la decoración, pues a través de la misma podemos crear diferentes ambientes y escenas”.
Elegir la adecuada
En las residencias utilizamos casi todos los tipos de luminarias que existen en el mercado, pero es muy importante elegir la adecuada, ya que todas las luminarias proyectan la luz de una manera diferente con efectos distintos, explica.
En ese sentido la decoradora menciona que existen básicamente tres tipos de iluminación: la general, la de acento y la iluminación de trabajo.
La primera, que es la iluminación general, trata de una luz uniforme, que no genera sobras, con el flujo luminoso necesario para realizar las cosas cotidianas.
La segunda, que es la iluminación de acento, en una luz más intensa y dirigida a ciertos objetos que queremos destacar, como obras de arte, esculturas, texturas, algún volumen, etc.
Y por último, la iluminación de trabajo, que es la que necesitamos para realizar determinadas tareas en la casa, donde se requiere mayor nivel de iluminación, esta necesita mayor intensidad de la luz, pero manteniendo la uniformidad. Hay niveles de iluminación recomendados para cada espacio, que guardan relación con las actividades que realizamos.
“Si tenemos la posibilidad de hacer más versátil y fácil la iluminación de nuestros hogares, tenemos que tomar en cuenta la aplicación de sistemas inteligentes que pueden ser vinculados a los diferentes tipos de luces, los cuales nos permiten adecuar la iluminación para cada momento, creando diferentes escenas y ambientes”.
Concluye que estos son usados a través de los celulares, tabletas y computadoras, que permite manejarlos desde cualquier lugar y hasta monitorear el consumo energético.
UN APUNTE
Consejitos
La iluminación es un tema que a veces descuidamos. Es muy importante tenerla en cuenta no sólo por motivos estéticos, sino también por razones de eficiencia energética y respeto del medio ambiente. Con una iluminación correcta podrás conseguir efectos y resultados muy interesantes. Puedes conseguir acentuar determinados colores, destacar texturas y, sobre todo, lo más importante, ampliar el espacio.
