Opinión

La indisciplina en el PLD

La indisciplina en el PLD

Desde que el PLD dejó de ser un partido de cuadros políticos para masificarse y alcanzar el poder, empezó a correr el riesgo de caer en la indisciplina que durante años ha caracterizado al PRD y al PRSC.

Esos temores han comenzado a salir a flote, con un grupo de legisladores, que azuzado por el presidente del partido, doctor Leonel Fernández, se ha declarado en rebeldía frente al máximo órgano de dirección peledeísta.

La indisciplina no es buena consejera en ninguno de los escenarios políticos, si no pregúntele a los perredeístas que llevan 12 años “sin ver a Linda”, y al parecer la bola pica y se extiende cuatro años más.

Leonel, al igual que Danilo, comparten el liderazgo en el PLD y a ninguno le conviene las acciones de indisciplina interna, porque ahora es contra la reelección, pero en el futuro podría tocarle a Leonel.

Ambos saben que si los diputados y senadores se imponen a la dirección del partido, nadie tendrá la fuerza moral suficiente para en el futuro reclamar respeto a las decisiones de los organismos de dirección en el partido morado.

Leonel tiene la última palabra y la responsabilidad

Se trata de un jueguito un poco arriesgado en el que está incurriendo el expresidente Fernández, dado que un hombre con su liderazgo y valía tiene que reflexionar un poco más sus acciones y pensar que él como presidente del PLD no debe jamás fomentar la indisciplina ante la dirección del partido.

Esto es coyuntural, lo sabe Leonel y también Danilo, pero ¿y si se convierte en parte de la nueva cultura del partido morado, de modo que el irrespeto sea el modus operandi de los dirigentes medios y de base?

Ese es el temor de un amplio segmento de la sociedad que siempre ha respaldado al PLD, admirado porque la disciplina interna la llevan a la administración del Estado.

La experiencia nos dice que cuando el desorden se apodera del partido gobernante, ese comportamiento se lleva al Gobierno y la sociedad termina con una Gestión caótica e irresponsable.

Leonel tiene la última palabra y la responsabilidad.

El Nacional

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