Opinión

La JAD

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El consejo de directores de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) acaba de publicar un comunicado en el que expresa su respaldo absoluto a la trayectoria privada y pública del licenciado José Ramón Peralta Fernández, ministro Administrativo de la Presidencia y expresidente de la entidad.

Yo no sé, ni creo que lo sepan muchos, por qué algunos personajes se empeñan en una campaña de descrédito público contra Peralta Fernández.

Si fuera el caso, como lo creo, de utilizar a José Ramón para desdeñar la buena imagen del presidente Danilo Medina han seleccionado la pieza equivocada para pretender ganar un juego del cual es imposible salir victorioso.

Y es que José Ramón, como lo saben todos dentro y fuera del país, tiene unas credenciales de hombre emprendedor, afable, solidario, dedicado a su familia y de servicios públicos realmente notables, condiciones que no sólo lo inmunizan ante la hojarasca que pretende denostarlo, sino que son su principal valladar de defensa personal, familiar y social.

Dicen los directivos de la JAD, porque lo conocen bien, que Peralta Fernández es honesto y trabajador, que ha demostrado una conducta y un comportamiento rectilíneos en sus más de 25 años como miembro y dirigente de la JAD, que lo han visto desarrollar, junto a su padre y otros familiares, un exitoso Grupo Empresarial, que prestigia el sector agropecuario.

“La familia Peralta Fernández ha incursionado en la agroindustria procesadora de ajo, en empresas de asistencia técnica, servicios y provisión de insumos modernos para la producción agrícola y en otras firmas dedicadas al comercio de granos y alimentos”, destaca la JAD.

Todas estas empresas e iniciativas han formado parte de la historia empresarial de Peralta Fernández y su ejercicio lícito de crear empleos en beneficio del desarrollo social y económico de la comunidad nacional.

El Nacional

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