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La maravilla de Keops

La maravilla de Keops

Las modestas herramientas vigentes en la época en que fue levantada esta joya deslumbrante, alimentan la hipótesis de si el antiguo saber astronómico expuesto en este monumento pudo ser traído a la Tierra por seres extraterrestres.

Las tres grandes pirámides de la meseta de Giza están distribuidas sobre el desierto de manera idéntica y precisa a la posición que guardan las tres estrellas del cinturón de Orión, ubicadas a 20 años luz de distancia de nosotros.

La gran pirámide de Keops, en Egipto, es un monumento que originalmente superaba los 146 m de altura, el equivalente a un edificio moderno de 40 plantas. Fue levantada 45 siglos antes de nuestra era, cuando no existían ruedas ni poleas, ni grúas ni máquinas de ninguna clase.

Sus constructores fueron capaces de mover 2 millones de bloques de piedra de 2 a 60 toneladas de peso. Fuerza bruta masiva, lo cual implicaba el problema inverosímil de administrar 10 mil obreros trabajando al mismo tiempo en 3 turnos diarios durante 20 años, aparte de los 5 mil animales que hicieron falta para completar la tarea.

¿Cómo se puede administrar el colosal manejo de raciones de comida para alimentar las oleadas de obreros, su hospedaje, su aseo, su paga? ¿Dónde ubicarlos en semejante cantidad, tanto a ellos como a las bestias usadas para el trabajo pesado, entre bueyes, caballos y hasta elefantes? Humanamente es imposible.

Sin brújula que no existiría sino 1800 años más tarde, orientaron las 4 paredes de la gran pirámide a los 4 puntos cardinales con precisión matemática exquisita. Sin contar con hierro practicaron agujeros que parecen hechos con un taladro.

Al examinar las muescas se ve que en cada vuelta profundizaron en el granito con más precisión que los que hoy lograríamos con un taladro de punta de diamante.

Sin instrumentos ópticos de ninguna clase, orientaron algunos pasadizos o conductos internos del conjunto hacia la posición exacta que ocupan las estrellas Sirio y Orión, muy importantes dentro del contexto religioso egipcio.

¿Cómo desde el interior de un edificio es posible acertar en semejantes orientaciones espaciales en relación con los astros designados por ellos sin fallar ni un milímetro? Sencillamente resulta desconcertante.

Esos y otros detalles evidencian que los arquitectos de la gran pirámide poseían amplios conocimientos matemáticos, que muchas veces superan los avances logrados en la actualidad por los más avanzados centros de investigación.

No olvidemos que el perímetro de la pirámide dividido entre el doble de su altura equivale a 3,1416, el número pi, entre otros logros apabullantes aportados al mundo por la obra.

La Gran Pirámide tiene forma octogonal, de estrella de cuatro puntas, pues cada una de las caras está compuesta por dos planos, con ligera pendiente hacia el centro, difícilmente apreciable a simple vista por la ausencia casi total del revestimiento, pues solamente se han conservado algunos bloques de piedra caliza, procedentes de las canteras cercanas, en la primera fila de piedras de la cara septentrional.

Esta característica y su orientación hacia el Norte geográfico genera en las caras norte y sur un fenómeno de proyección de sombras durante los equinoccios al amanecer.

El Nacional

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