Los principios universales, de los que tanto hablamos, también, sirven para explicar la conducta humana en sus distintas facetas las cuales, a su vez, son consecuencia de ellos mismos.
Guilles Deleuze nos dice que, en las explicaciones que hace el hombre, no todo es proyección, también, hay análisis, crítica y descripción.
Éstas son expresiones de sus diversos aspectos por lo que, entonces, las facetas del hombre serán: La esencia, la materia y la razón, a las que se añade la crítica como forma interesada de la razón.
De modo que cuando una persona actúa con malicia y artimañas para lograr un objetivo o dañar reputaciones, lo está haciendo de manera miserable.
La misería mental es completamente diferente a la económica, ya que no interviene el elemento necesidad sino intención.
También se aplica a la carencia absoluta de otras cosas, distintas a los medios económicos, como cuando se dice eso es parte de la miseria humana, alegando falta de valores como la falta de afectos, de generosidad, o de caridad de alguien.
Miseria es un vocablo de origen latino que significa desgracia o infortunio
La miseria material es indigna a la condición humana, y es función del Estado tratar de que sus habitantes vivan en condiciones que los alejen de ella, procurándoles educación y trabajo, dos herramientas fundamentales para combatir este flagelo, que tiende a repetirse en forma generacional.
En definitiva, cuanto más evolucionado sea el principio que origina el acto, dando lugar, a la falsedad o la simulación y el desprestigio. Pero quien lo realiza empleando la razón y no la emoción, mayor gravedad posee conceptualmente el hecho.
Lo mismo ocurre cuanto más evolucionado sea el principio que origina el tipo de acto, lo que da lugar a que los actos sean de tipo emocional, inmediato y planificado.
De modo que un buen consejo es no sólo mantenerse alejado de las personas ruidosas y agresivas sino también de la de comportamiento miserable.