Opinión

La misma vara

La misma vara

El imputado 14 en el caso de los sobornos de Odebrecht, Bernardo Castellanos, tiene más suerte que un salami, ya que después de haber sido declarado prófugo y tener una orden de captura internacional en su contra, regresó al país por voluntad propia y fue dejado libre por el juez Francisco Ortega, quien se había mostrado enérgico frente a los demás acusados.

A los otros once implicados en el escandaloso caso de Odebrecht también les había ido más o menos bien en apelación, ya que a unos les impusieron prisión domiciliaria, mientras a otros libertad condicional con el pago de fianzas.

Todos están en el mismo expediente, bajo los mismos cargos: haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, pero los jueces no los midieron a todos con la misma vara.

Al parecer, en el proceso de investigación del Ministerio Público se estableció que los de mayores responsabilidades fueron Angel Rondón y Víctor Díaz Rua; el primero fue quien de acuerdo a Odebrecht distribuyó los 92 millones de dólares en sobornos, y el segundo fue de los más beneficiados.

En la fase de instrucción los jueces deben tener una sola vara para medir a todos los acusados. Ese pudiera ser el argumento para mantenerlos en prisión, pero ocurre que en esta fase del proceso no se determinan culpabilidades, pues eso se deja para el fondo.

No conozco personalmente a ninguno de los imputados, ni tampoco tengo interés en hacerlo, solamente estoy revisando hechos y acciones a partir de los análisis que hacen los juristas entendidos en la materia.

Aunque en el juicio de fondo las penalidades se pongan dependiendo del nivel de responsabilidad de cada uno, en esta etapa todos los que han demostrado arraigo de cualquier tipo e interés de no sustraerse al proceso, debe dársele el mismo tratamiento.

Los privilegios no son buenos en el comportamiento de una sociedad, pero cuando esos privilegios provienen del sistema judicial, entonces se tornan irritantes. Sin embargo, aún hay tiempo para enderezar algunos entuertos que al final podrían terminar desacreditan un proceso en el que el país entero tiene los ojos puesto.

Creo que cuando se conozca el fondo del caso, las responsabilidades determinarán las penalidades, pero ahora los magistrados deben tomar en cuenta que el estado natural del ser humano es la libertad y sin importar la acusación.

Tampoco olvidemos que la presunción de inocencia es un principio universal que debe tomarse en cuenta.

El Nacional

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