La figura de Rafael Leonidas Trujillo constituye un acontecimiento histórico que se resiste a perder vigencia. Los horrores de la dictadura, tantos años impuesta con angustiante intolerancia, han marcado el alma nacional al punto de que las acciones que dieron como resultado el ajusticiamiento en la carretera que va de Santo Domingo a Santo Cristóbal el 30 de mayo de 1961, cuando su sangre se derramó en acto de justicia, siguen siendo objeto de interpretaciones del más variado tipo.
Un joven pintor dominicano, formado en Estados Unidos y Europa, ha reinterpretado los hechos de la noche del 30 de mayo, los que considera intemporales, para reenmarcar los personajes y los vehículos participantes en ese episodio.
Rafael Pérez Concepción, (Chepe) incluye su percepción del ajusticiamiento de Trujillo y sobre todo ofreciendo una valoración singular de los vehículos usados, cambiando sus escenarios en un ritual gráfico de imaginería que hace coincidencia con la magia visual que caracteriza su ecléctico vincular de colores y formas.
Resalta el dominio técnico que tiene del dibujo y la colorización, reproduciendo objetos y personas con viva expresión, con fidelidad absoluta a los tonos y texturas, recreando perspectivas casi fotográficas, pero añadiendo un entorno creativo en el que nunca estuvieron los sujetos de su pincel.
Un trabajo de orfebrería pictórica que se ejecuta sin aspavientos pero con una firmeza estética, digna del mejor de los juicios y de la más detenida de las atenciones del espectador. Una obra visual que envuelve e implica con sus símbolos de provocación social.
Modesto Concepción, que expone cuarenta obras en todos los salones de exposición del Centro Cultural de España, disecciona varios hechos de la historia patria, incluyendo la insurrección de Manolo Tavárez Justo a las escarpadas montañas de Quisqueya, junto a un grupo de jóvenes guerrilleros, en procura de restituir la constitucionalidad robada con el golpe de Estado de 1963. Ese cuadro es un préstamo ya que fue donado por el artista al Museo de la Resistencia, en donde se ha exhibido en su salón de actos durante dos años.
La exposición se titula Estaciones Nómadas, en referencia a que su trabajo se ha ido exponiendo en una serie de capitales, sobre todo europeas, en las que ha expuesto realidades cálidas y caribeñas.
El artista, apoyado en un superrealismo que recrea vehículos y personas y ofrece otra dimensión de la panorámica de los hechos, permite a quien disfruta de su obra, de un imaginable marco que no fue real, pero que evoca los hechos del ajusticiamiento de Trujillo con nostalgia, orgullo y apego a los motivos de quienes lo ejecutaron la noche del 30 de mayo, para iniciar el principio del final de la dictadura.
“Es imposible para mí desentenderme de la luz del trópico, aun viviendo en las más extremas condiciones climáticas. La geometría, en mis obras, es un componente esencial del estilo compositivo que practico desde hace muchos años”, cuenta en entrevista con El Nacional, en su residencia paternal, donde su progenitor, Rafael Pérez Modesto, exguerrillero de 1963, sonríe satisfecho por el camino expresivo que ha tomado su hijo.
La exposición Estaciones Nómadas fue curada por la artista danesa nacida en Corea Yon Sun Gullach y estará abierta hasta el mes de mayo en el CCE, incluyendo una conferencia titulada Pintura e Influencias Personales, el jueves 29 de enero a las 7:00 de la noche.
La muestra es presentada por Rita Indiana, quien dice que la obra pictórica de Chepe “es un magma deliciosamente denso en el que los seres humanos y las cosas flotan con similar protagonismo”.
Destaca que el pintor reclama el valor anecdótico del objeto en una relación en la que tanto el carro del héroe nacional como el “barbecue” abandonado, terminarán convertidos en chatarra. “Estamos aquí frente a los sagrado-efímero, esa mística que exuda la postal.
