POR: Danilo Cruz Pichardo
d_cruzpi@hotmail.com
La baja escolaridad es uno de los males principales de la población dominicana. La mayoría de la gente no tiene la menor idea del contenido de la polémica sentencia del Tribunal Constitucional, que asesina civilmente a cientos de miles de seres humanos de ascendencia haitiana que viven en nuestro territorio.
No he visto a ninguna persona del pueblo hablando del carácter no retroactivo de las leyes ni del concepto “tránsito”, que fue llevado hasta el 1929, un caso que sólo tiene precedentes –como bien señala Mario Vargas Llosa– en las leyes hitlerianas de los años 30, dictadas por los jueces alemanes nazis para privar de nacionalidad alemana a los judíos que tenían muchos años avecindados y eran parte de esa sociedad.
La ciudadanía opina de lo que se dice. Y muchas de las cosas que dicen son manipuladas. Naturalmente esos retorcimientos hallan caldo de cultivo en la ignorancia y en el ancestral racismo de nuestra sociedad, que de una u otra forma expresa desprecio por los haitianos, sentimiento que nada tiene que ver con patriotismo.
Los promotores de la sentencia plantean inclusive encuestas. No conozco ninguna investigación al respecto, pero si se realizan con respuestas inducidas y bajo la falsa interpretación de la delimitación de “pro-haitianos y patriotas”, seguro estoy que de forma amplia se imponen los intereses de los conservadores.
Los resultados serían diferentes, sin embargo, si se procura el parecer de personas de elevados niveles culturales. El grueso de los pensadores e intelectuales dominicanos rechaza la sentencia, de la misma forma en que será rechazada por los expertos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esperemos la otra sentencia.
