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La paz en entredicho

La paz en entredicho

Trump  reedita Poncio Pilato caso Palestina
Idéntico a la irresponsable decisión de Poncio Pilato lavarse las manos cuando el chusmero de Jerusalén vociferaba crucificar al Divino Nazareno, y asumir la responsabilidad de exonerar a un inocente de las intrigas venenosas del Sanedrín, el flamante presidente Donald Joseph Trump reedita la irresponsable, cobarde e inicua decisión, con el pendiente caso de solución de dos Estados en Palestina, uno hebrero o israelita, y otro árabe o palestino.

 
A cinco días antes de cumplir su primer mes de sentarse en la poltrona imperial de la Oficina Oval, el presidente Trump, reunido en la Casa Blanca con el premier israelí Benjamín Nethanyau, expresó seguridades a la integridad del Estado judío, exhortándole a sofrenar el ímpetu de construcciones en Cisjordania, potestad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), crisálida junto a la Franja de Gaza para la inexorable proclamación del Estado Palestino, sin lo cual nunca habrá paz en Oriente Próximo.

 
“Aceptaré una solución de uno o dos Estados. Me gustaría la que le guste a las dos partes. Puedo vivir (debió decir, tratar) con cualquiera de las dos”, expresó el presidente Trump, variando la ponencia de campaña, y optando por la irresponsabilidad, apostando a avivar los enconos y la guerra, en vez de propiciar el consenso y la paz.

 
Solo el primer ministro Shinzo Abe de Japón, precedió la cita con Nethanyau, en la que exhortó a los palestinos de Cisjordania a moderar el odio, cuando la realidad debió exhortar al Estado de Israel y a los extremistas halcones del Likud, en el poder.
En su campaña electoral, Trump se decantó en relación a Oriente Próximo por la correcta solución de dos Estados en Palestina, conforme el protocolo trillado y sin consecuencias de consideración final, por sus antecesores, empezando por Jimmy Carter que inició el l7-09-l978, el proceso de solución con el acuerdo de Camp David I entre el rais egipcio Anwar El Sadad y el premier judío Menachen Begin, que siguieron Madrid l99l, que condujo a Oslo l993; Camp David II auspiciada por el presidente Bill Clinton entre el rais Yasser Arafat y el premier Yithzak Rabin, propiciadora de la autonomía de la Franja de Gaza y Jericó.

 
Esos relativos progresos tendentes a la solución única de dos Estados en Palestina prosiguieron con la Conferencia de Wye River en septiembre l998 auspiciada por el presidente Clinton entre el rais Arafat y el premier Nethanyau que consiguió una nueva retirada israelí de Cisjordania, cedida el 3l-07-l988 por el rey Hussein de Jordania a los palestinos para que junto a Gaza proclamar el Estado Palestino, apara el fogón de la segunda Intifada.

 
En 2003 el presidente George Bush jr. produjo la Hoja de Ruta, un monumento de cordura y equidad para el propósito de dos Estados en Oriente Próximo, que el propio Bush saboteó, conforme a la inestabilidad emocional y la perversidad que demostró, y que ahora reedita Trump, con los ingredientes peligrosos de echar más leña al encendido anafe que es Palestina, auspiciando la confrontación y alterando a la paz del área y planetaria.

 
En julio 2000 surge Camp David II propiciada por el presidente Bill Clinton entre el rais Arafat y el premier Ehud Barak. El 27-ll-07 el presidente Bush jr, vuelve a convocar otro intento de solución con la Conferencia de Annápolis entre Ehud Olmert y Mamhud Abas, que pronostiqué fallida, una farsa, porque todas las imponía tras bambalinas el pernicioso lobby judío.

 
El brusco y censurable sesgo que el presidente Trump asume con el espinoso caso de la paz en una neurálgica área planetaria que involucra tanto a los rectores financieros judíos de la humanidad empotrados en Wall Street y las venas de hidrocarburos que controlan tanto monarcas suníes como chiíes del mundo árabe, plantea nuevos retos y estrategias para ingresar a camino desde la densidad boscosa de incertidumbres e interrogantes que deparael gobernante de la presidencia imperial relativo a Oriente Próximo.

 
La reacción de la comunidad internacional en relación a la irracionalidad del presidente Trump y las consecuencias inherentes que socavan la paz que es fundamental como equilibrio del orden y el entendimiento planetario, no demoró, y el flamante secretario general de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, inició su primera gira oficial a El Cairo, donde, junto al ministro de exteriores cairota, Sameh Shukri, precisó: “No hay otra alternativa que la solución de dos Estados en Palestina. Hay que hacer todo lo posible para lograr que este objetivo y que se cumpla en la realidad”, clarificó el diplomático luso en Al Itihadiya, sede de la cancillería cairota.

 
El secretario general de la Liga Ärabe, Ahmed Abulgueit respaldó la ponencia del secretario general de la ONU de la única solución para garantizar la paz en Oriente Próximo es formalizar definitivamente dos Estados para resolver el conflicto que cumple 70 años este 20l7.

 
A su vez, el presidente de la ANP, Mahumud Abas ofreció su disposición de acercarse al presidente Trump y tratar de solucionar con él, el espinoso caso que involucra la paz en el Cercano Oriente, pendiente de resolverse hasta ahora.
Todos esos amaracos de intentos, óperas bufas, el presidente Trump las desvirtúa con una mostrenca decisión.

 
Con la difícil decisión de coraje justiciero de la presidencia imperial que logre la autonomía de Lehman Brothers, Kun & Loeb, Bearn Stern, JP Morgan, los villanos que produjeron el crack de 2008, sabotean la solución de dos Estados en Palestina mediante el lobby judío que estructura, trastorna la economía planetaria, y soplan los fogones de la guerra, en vez de auspiciar la paz que anhela la comunidad internacional en Palestina.

El Nacional

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