Opinión

La Policía Nacional

La Policía Nacional

Las instituciones públicas y morales del Estado y otras, no realizan desafueros, ni violentan preceptos, sino algunos de sus integrantes y miembros, como ocurre en otras, cuando incurren en transgresiones al orden social, jurídico, moral, público o privado. De treinta y cinco mil hombres y mujeres que conforman la Policía Nacional, rectora de la paz y el sosiego de la nación, nadie, absolutamente nadie, puede calificar que ella vulnere nuestro ordenamiento, sino algunos indeseables que vienen siendo extinguidos del seno de la misma y muchos tras las rejas de una prisión.

Al nuevo jefe policial, mayor general, Nelson Peguero Paredes, le ha tocado enfrentar una herencia perniciosa, con una serie de males existentes, cual espada de Damocles, sobre sectores de esa institución, los cuales viene combatiendo con tacto, visión, ahínco y prudencia, y como tiene que ser, sin algarabías ni ruidos.

Hablar en forma genérica de la Policía Nacional, no solamente es lamentable, sino demostrativo de cierto desconocimiento de las intríngulis y males que desde hace más de 50 años gravitan sobre ella.

Yo afirmo que la Policía Nacional está repleta de hombres y mujeres de diferentes rangos, capaces, laboriosos, honestos y excelentes en un 95% de su membresía, quienes han ofrecido y continúan ofreciendo lo mejor de sus años en pos del orden, la tranquilidad del país y la ciudadanía en general, con cientos y cientos caídos en el cumplimiento del deber y otros inválidos y enfermos sin viviendas ni hospitales.

Lo que si debemos también afirmar, que un 59 por ciento de sus miembros pasa demasiado hambre y carencia de todo junto a sus familias. La Policía Nacional como algunos piensan, no es la oveja negra que tenemos, sino una tabla de protección en que se sustentan los moldes del orden de la República Dominicana junto a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas y departamentos de seguridad del Estado, sostenes poderosos de nuestra soberanía y la dignidad de la Patria.

El gran Miguel Cervantes dijo: “El que vea la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo”, lo que interpretamos así: Criticar es fácil, hacer es más difícil. La reforma policial es importante, pero no resuelve la álgida problemática de la policía y solo habrá una auténtica reforma cuando exista voluntad política bien definida.

Quiera Dios que le mejoren el presupuesto del año próximo y se apruebe un sueldo mínimo de 20 mil pesos para los miembros de la Policía Nacional, los miembros de las Fuerzas Armadas y empleados Públicos.

Ayudemos a la Policía Nacional y cooperemos en lo posible con ella, ya lo dijo el Jefe policial, en fecha 27 de Agosto: “mis aspiraciones son las de no ser uno más”. Como no hay más que una gloria: el genio al servicio de la verdad, el mayor general Peguero Paredes, puede hacer suyo el postulado de Friedrich Nizche: “El mundo se está quedo, a la noche sigue el día, si el yo quiero suena bien, el yo puedo suena mejor todavía”.  Manuel Colmeiro expresó: “El objeto del poder es el bien, sus medios el orden, su instrumento la ley y sus esencia la justicia”.

El Nacional

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