Editorial

La Policía

La Policía

La conmemoración del Día de la Policía Nacional es una fecha muy apropiada para pasar balance y sobre todo reflexionar con el mayor grado de objetividad acerca de las condiciones y función de ese cuerpo desde su fundación, un 2 de marzo de marzo de 1936, hace hoy 77 años.

Por ignorancia, desesperación o simples intereses, casi siempre non sanctos, se suele ser injusto en la evaluación del papel de la Policía en cuanto al cumplimiento de sus funciones fundamentales, como  preservar el orden público y garantizar la seguridad de la ciudadanía. Se pierde de vista las precarias condiciones en que el cuerpo realiza su tarea y la crisis de valores que corroe a la sociedad.

A la Policía se le exige más de lo que puede dar, sin reparar en las limitaciones con que opera. Y cuando uno de sus más de 30 mil agentes incurre en un acto delictivo lo menos que suelen pedir sectores irracionales es la disolución o una transformación radical de las estructuras de la institución.

Es verdad que la Policía no es un modelo de eficiencia. ¿Pero acaso lo es algún otro ente público? Sin que con ello, de ninguna manera, se pretenda justificar irregularidades que puedan darse en el cuerpo o abusos en que incurra algún miembro. No se exagera al reconocer que el cuerpo hace más de lo que está a su alcance para preservar el orden y la seguridad.

La criminalidad y la delincuencia que azotan a la población no son generadas por una Policía que  tiene que enfrentar esos males, en muchos casos cargando con la peor parte,  prácticamente a pecho limpio. Son incontables los agentes que han muerto en el cumplimiento del deber al enfrentar delincuentes mejor armados y equipados.

A diferencia de otros tiempos en que bastaba con una cara dura y buen tamaño, hoy, para formar parte de las filas policiales hay que pasar un filtro. Son muchos requisitos que se toman en cuenta para garantizar que los agentes sean verdaderos representantes de la ley y aliados de la ciudadanía.

En teoría la misión de la Policía es preventiva. Pero en la práctica tiene que cumplir una función represiva frente a una violencia callejera provocada por diversos factores, que van desde la crisis familiar hasta el desempleo y la impunidad ante la misma criminalidad y la corrupción rampante en la Administración Pública.

El Día de la Policía es una ocasión propicia para congratular a cada agente que cumple dignamente con su deber y muy especialmente, por su dedicación y responsabilidad, a su titular, mayor general José Armando Polanco Gómez.

El Nacional

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