Opinión

La reelección pecaminosa

La reelección pecaminosa

Las voces extemporáneas que comienzan a hablar de la reelección presidencial provienen de personas que parece que ignoran la Historia dominicana en lo que a eso concierne. Esas voces promueven una reelección pecaminosa, como veremos más adelante.

Unos plantean esa posibilidad con el único fin de hacerse los graciosos y conservar sus cargos en el actual gobierno. Otros lo hacen sinceramente, en la creencia de que si un  presidente de la República hace una buena obra de gobierno, merece ser reelegido, aunque habría que ver qué es “una buena obra de gobierno”.

La Constitución actual prohíbe la reelección presidencial, según el artículo 124, que dice:  “El Poder Ejecutivo se ejerce por el o la  Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el período constitucional siguiente”.

Sin embargo, siempre hay una brecha para la reelección, pues el artículo 269 dice que “esta Constitución podrá ser reformada si la proposición de reforma se presenta en el Congreso Nacional con el apoyo de la tercera parte de los miembros de una u otra cámara, o si es sometida por el Poder Ejecutivo”.

El tema de la reelección no es más que una estrategia de distracción, para consumo popular, que lo que persigue, a nuestro juicio, es poner al presidente Danilo Medina en lo que no está, haciéndole daño, en vista de que cientos de miles de votantes tienen malos recuerdos de la perpetuación de un presidente en el Poder, aunque otros miles la hayan apoyado.

Sería mejor que cuando se haga una Reforma Constitucional sea mediante una Asamblea Constituyente y no por una Asamblea Revisora. Esa Constituyente sería la que decidiría si procede o no establecer un período presidencial de seis años en lugar de cuatro, sin posibilidad de reelección.

La reelección  no es mala en sí misma, sino que da lugar a que se usen los recursos del Estado para promoverla, como ha sido tradición en el país. La reelección crea déficits multimillonarios y reformas fiscales para cubrirlos, en perjuicio del pueblo. La reelección pecaminosa, además,  genera prepotencia, arbitrariedades y deseos de perpetuación en el Poder, que constituyen el germen que podría dar inicio a una dictadura.

Entendemos que los funcionarios reeleccionistas del PLD que aspiran  a cargos electivos, principalmente a la Presidencia, deberían renunciar, para que se despeje la idea de que usan los recursos del Estado en su campaña de promoción. Y si desean que el presidente Medina continúe en el cargo, que se ajusten a la Constitución o a otra modificada por una Asamblea Constituyente.

 

El Nacional

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