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La remodelación del Robert Reid

La remodelación del  Robert Reid

Es probable que el doctor Euclides Gutiérrez Feliz, miembro prominente de nuestro partido, sea el político receptor de los más abultados enconos de los opositores del PLD, sobre todo, de aquellos que creen que la actividad política es cosa tan mundana como el vedetismo de cabaret.

Dado que nuestro compañero vive convencido de que la política es una profesión elogiosa, es habitual en él que no use sombrero de plumas con alfiler de zafiros frente a nuestros adversarios que, insolentemente se refieren a la cúpula del PLD como si hablaran de salteadores de caminos, sino que enviste con determinación usando un nivel de contraataque igual al empleado por el adversario.

Pero además, el compañero Euclides no es como aquel famoso abogado parisino, personaje de la novela de Marcel Proust, “En busca del tiempo perdido”, que con tranquilo semblante burgués decía: “Sé que soy un buen abogado, pero ya no me divierte serlo”.

No, Euclides es uno de los poquísimos políticos que utiliza su inteligencia y experiencia con un cuidadoso sentido del deber de hombre público. A él le divierte aceptar la responsabilidad de decir sin digresiones ni timidez calculada, sus observaciones sobre asuntos que conciernen a decisiones de Estado que a la postre podrían perjudicar la Nación.

Partiendo de esa actitud suya de asumir con responsabilidad su rol de ciudadano y político serio, llama la atención al Gobierno que encabeza el compañero Danilo Medina, sobre el anuncio que hizo la compañera vicepresidenta de la República, doctora Margarita de Fernández, concerniente a que en pocos días se dará inicio a la construcción de un anexo al hospital infantil “Doctor Reid Cabral”.

Según Euclides, por razones urbanísticas, tal ampliación no debe hacerse en ese sitio.

No sé si el Ministerio de Salud cuenta con un Plan de Infraestructura de Hospitales. Lo que sí se es que antes de remodelar o construir un hospital debe tenerse en cuenta los aspectos urbanísticos y arquitectónicos porque esto hace que la gente lo perciba como expresión de la calidad del sistema sanitario y porque la asistencia médica consta de tres dimensiones: estructura, proceso y resultados.

Por eso hay que precisar la demanda de servicios actual y la que tendría 30 años después, a qué distancia del hospital vive la población a la cual servirá, de dónde procede la mayor población que demanda servicios, con qué frecuencia utilizan los servicios y los internamientos, qué nivel de mantenimiento se dará a su estructura, qué resistencia tienen los suelos donde se construirá la nueva estructura y cuáles son las probabilidades de que el terreno de la construcción no tenga vocación para construcción de hospitales.

Improvisar no es bueno. Donde hoy está el Robert Reid no tiene esa vocación; ya mi juicio una mejor ubicación sería Cristo Rey-Nicolás de Ovando.

Si es correctamente planificado, ningún hospital debería ser remodelado antes de los primeros quince años y nunca ampliado antes de los veinte ya que se supone que previamente se calculó la tasa de crecimiento de la población.

El Nacional

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