¿Qué Pasa?

La resaca produce “trastornos  neurológicos”

La resaca produce “trastornos  neurológicos”

Según el profesor Patín Maceo, el término resaca es un dominicanismo que significa  “malestar que se siente al otro día de una juerga”.

 La Real Academia de la Lengua Española acepta el término como un “malestar que padece el que ha bebido en exceso”.

 Analizado desde el punto de vista psiquiátrico por el doctor César Mella, “el alcohol ingerido en gran cantidad provoca dilatación de los vasos sanguíneos, deshidratación,  disminución del azúcar en la sangre (mejor conocido como hipoglucemia), trastornos neurológicos que afectan la expresión verbal, la marcha y otras complicaciones a largo plazo”.

 El galeno explica, sobre sus consecuencias, que “después de varias horas abusando del alcohol, algunas personas sienten dolor de cabeza, malestar general , trastornos digestivos diversos y una sensación de estropeo que suele presentarse al levantarse o al otro día después de un ‘jumo’. En términos populares eso es lo que se conoce como resaca”.

 La “resaca” es un hecho tan frecuente que la promoción radial induce a consumir diferentes tipos de analgésicos para paliar el malestar.

El reposo y una adecuada hidratación pueden disminuir las molestias.

Es más propenso a resacarse el que descuida la alimentación y la hidratación mientras consume alcohol.

“En términos culturales el dominicano acepta este estado como ‘normal’, de ahí que el solicitar ‘un caldo para combatir la resaca’ es un ritual muy frecuente, sobre todo en estos días en donde el consumo de alcohol per capita aumenta a propósito de las festividades de fin de año”, sostiene César Mella.

 En el portal tuotromedico.com se trata ampliamente el tema, sobre sus síntomas, por qué se produce, tratamiento, ciertos mitos y medidas preventivas para evitarla. La resaca se caracteriza por tener a la mañana siguiente de beber en exceso, sed intensa, dolor de cabeza, mareo, visión borrosa, dolor muscular y malestar general con náuseas y acidez de estómago.

El dolor de cabeza se debe principalmente a los productos de degradación del alcohol. Estos productos tóxicos aparecen en mayor cantidad en el cuerpo si el alcohol no es de buena calidad.

Las molestias gástricas son debidas a erosiones en la mucosa del estómago producidas por el etanol, principal componente del alcohol.

 Estas molestias serán mayores si se han mezclado diferentes bebidas o combinados ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.

Por otra parte el alcohol disminuye la vitamina B1 del organismo, y parece que ello es la causa de que el afectado sienta sed.

 Se deben tomar alimentos suaves que no irriten la mucosa gástrica, como puede ser un yogur o un café, no cargado, con leche.

Para reponer la pérdida de vitaminas se deberá tomar un zumo de naranja o de frutas frescas.

Puede tomarse un analgésico asociado a un protector gástrico tipo ranitidina u omeprazol.

Durante el día podemos comer legumbres, cereales, frutos secos, leche y carne.

Otra medida que suele ser muy útil es pasar el tiempo de recuperación durmiendo más.

Se debe tener cuidado con los mitos de que el alcohol mejora la resaca, lo que produce es empeorarla ya que es la misma sustancia tóxica que causó sus efectos. Otro mito es que las pastillas de vitamina B6 tomadas antes o después de beber evitan la resaca, pero la única utilidad de esta vitamina es su aplicación por vía intramuscular en casos graves para acortar,  no eliminar, los efectos secundarios de una intoxicación etílica. Tampoco es muy cierto que beber agua en abundancia, para orinar, mejore la resaca al favorecer la eliminación del alcohol, porque el alcohol se elimina a una velocidad de siete gramos por hora y es imposible acelerar el ritmo. La creencia popular dice que una cucharada de aceite tomada antes de beber reduce la absorción de la bebida, pero es totalmente falso ya que al hacerlo no se cubre toda la superficie del estómago y la parte libre absorbe el alcohol a la misma velocidad. En contra del mito no conviene mezclar el alcohol con agua, porque ésta hace que aquel se absorba con más rapidez; la leche, en cambio, tiene el efecto contrario, y es lo mejor para después de unas copas.

No beber nunca con el estómago vacío y evitar las comidas fuertes y con grasas porque hacen que apetezca más alcohol que con una comida sencilla y ligera. Se debe de beber a un ritmo al que el organismo pueda eliminar el alcohol de forma suficiente, por ello es importante comer a la vez que se bebe, ya que de esta forma el estómago tarda hasta cuatro veces más en absorber el alcohol.

El Nacional

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