Opinión

La Revolución rusa

La Revolución rusa

La falta de pan y tierra ha aglutinado a grandes multitudes en una interminable búsqueda de la felicidad,

elemento indispensable para alcanzar la libertad en el sentido más amplio de la palabra. Rusia no fue la excepción, y con su gloriosa revolución, intentó cambiar todo un mundo que giraba sobre ideas liberales.

La Revolución Bolchevique o la Revolución de Octubre de 1917, como se conoce en la historia, ha sido uno de los acontecimientos más trascendentes de la humanidad, y esto es así, porque se llevó a cabo en pleno período de la Primera Guerra Mundial, 1914-1918, acontecimiento que no dejó más espacios, que la búsqueda de una nueva configuración mundial, tal y como ya había ocurrido en el

Congreso de Viena de 1815 donde las potencias europeas se repartieron el mundo.

Cada revolución tiene un gran hombre, solo que, en el caso de la Revolución Rusa, su líder, más que grande, era excepcional, un genio de la política: Vladimir Ilich, Lenin.

La Revolución Bolchevique ha sido una de las  más complejas, y es esta razón, la que catapulta a Lenin como una gran figura mundial, pues tuvo la visión política de advertir que Rusia, como pueblo, no debía participar en la guerra mundial, ya que se trataba de una lucha entre países imperialistas.

Pero donde el gran Lenin dejó brotar toda su genialidad fue cuando interpretó correctamente que, aunque aspiraba a una revolución socialista, siguiendo los preceptos doctrinales de Karl Marx, expuestos brillantemente en su ”Manifiesto Comunista” de 1848, sabía que la Rusia Zarista era un país sumamente atrasado y eminentemente rural.

 Esta realidad objetiva, lo llevó a plantear lo inimaginable: la unión de la clase obrera y el campesinado y,  sin quizás, uno de sus grandes aportes: la idea de un partido político como instrumento canalizador de los trabajos de lucha.

A casi 100 años de esa ”nostálgica” revolución, muchos quizás no logren valorarla en su justa dimensión, pero el genio de Lenin tuvo que borrar la idea del fracaso de la Comuna de París de 1871, separarse en muchas ocasiones de la doctrina marxista y asumir tácticas convenientes, enfrentar con gallardía y sabiduría  las ideas revisionistas de Eduard Bernstein, refutar ideas pasadas de los utópicos  Owen y Fourier y conseguir el equilibrio de mentes brillantes como la de León Trotsky, Karl Kautsky y otros líderes.

El talento de Lenin era desbordante.

Lenin fue la gran figura del siglo xx. Es cierto, no hay Lenin sin Marx, pero si hubo alguien que justificó todo el saber de Marx, lo fue Lenin.

Los nostálgicos de siempre, los que todavía creemos en nuevos amaneceres, debemos prepararnos para festejar en el 2017, el centenario de la Revolución Bolchevique y aprovechar la efeméride para dar a conocer a los jóvenes, al fundador del Estado soviético: Vladimir Ilich, Lenin.

El Nacional

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