Opinión

La Russa: Eres SO…

La Russa: Eres SO…

Tony La Russa jugó con las Águilas Cibaeñas en la intermedia, mientras el inmenso Julián Javier decidía si se integraba o no a su querido equipo de la Hidalga de los 30 Caballeros, el primer y más valiente Santiago de América.

Si la memoria no me traiciona, Tony La Russa bateaba para promedio de 305 ó 310 y realizaba un buen trabajo defensivo cuando el astro francomacorisano decidió formar parte del conjunto mamey.

Pero… Julián Javier, intermedista estelar de los Cardenales de San Luis (y en la parte final de su carrera de los Rojos de Cincinnati), se lesionó y la Cuyaya se quedó sin pito y sin flauta.

Tony La Russa jugó poco en las Grandes Ligas: 6 temporadas cortas, ninguna oficial y con Kansas City, Atléticos de Oakland, Bravos de Atlanta y Cachorros de Chicago.

Participó en solo 132 partidos, con 176 veces al bate, 15 hits, 35 dobles, 5 triples, 2 jonrones y anémico average de 199, todo en 6 temporadas.

Nacido en Tampa, Florida, en 1944, en su apogeo medía 6.1 y pesaba unas 190 libras. Hoy tiene 66 años que cumplirá formalmente el próximo 4 de octubre.

Tony La Russa se graduó de abogado, pero nunca ejerció porque probó suerte, la que no tuvo como jugador, como manager hasta escalar posiciones que lo han llevado a ser hoy uno de los dirigentes más importantes que tienen las Grandes Ligas.

Tony La Russa es un elemento de ideas reaccionarias, xenófobas, racistas, fascistas y contrarias a la evolución del pensamiento moderno.

Esto lo llevó a apoyar todas las leyes y pronunciamientos que se hacen en perjuicio de las minorías USA, incluyendo su apoyo a políticos funestos como Barry Goldwater, Richard Nixon, Ronald Reagan, Gerald Ford y otras yerbas sin aroma.

En una oportunidad tuvo una fuerte discusión con el superastro José Alberto Pujols, subordinado en San Luis del manager La Russa, porque éste no piensa igual que el reaccionario manager.

Hicieron las paces, y de inmediato Tony La Russa le tiró un gancho al ingenuo José Alberto Pujols: llevarlo dizque a un homenaje a él (a Pujols) en un mitin “religioso” que resultó ser una malvada concentración de la extrema derecha en el mismo sitio donde el doctor Martin Luther King pronunció su célebre discurso “¡I Have a Dream!”, el 28 de agosto de 1963.

Pujols ha dicho que lo engañaron llevándolo a una actividad política donde se insultó al propio doctor King, pero ya José Alberto no ha sido el mismo. Tony LaRussa: “¡son of a…!”

El Nacional

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