Editorial

La salud

La salud

La hipertensión, diabetes y obesidad son enfermedades que, según gremios y especialistas, se han incrementado en la población. Por ahora la principal causa del deterioro de la salud ha sido relacionada con la alimentación y un estilo de vida  sedentario. Sin embargo, revelaciones que han salido a relucir estos días indican que al cuadro tiene que agregarse la falsificación de medicamentos.

Es cierto que el negocio de medicinas falsificadas representa un problema mundial y que ninguna nación esté exenta de la inquietante práctica. Pero en países con graves deficiencias en su sistema sanitario, verbigracia República Dominicana, el impacto del comercio suele ser más devastador. Para colmo de males estadísticas dadas a conocer por expertos colocan a este territorio con el índice más elevado en la región, cuyo promedio es de un 26%,  en el negocio de medicamentos adulterados.

Al participar en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, el subdirector de Promese, doctor Miguel Ureña, si bien se abstuvo de revelar el porcentaje en cuestión no titubeó en señalar que la elaboración de medicamentos sin cumplir con los estándares establecidos se ha convertido en una seria amenaza para la población y, por supuesto, en un desafío para las autoridades.

Pero la dimensión del problema es tan alarmante que hace unos días un grupo de expertos volvió a reclamar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptar medidas globales más estrictas para por lo menos reducir el letal comercio de medicamentos falsos. El organismo de las Naciones Unidas reconoció que entre los fármacos falsificados se incluyen muchos que salvan vida.

La permisividad y falta de controles de los Gobiernos ha contribuido con el incremento de una operación criminal. Como las redadas en varios países no han ayudado a erradicar el negocio clandestino, con todo y que en algunas han sido en coordinación con la Interpol, las autoridades y los organismos internacionales tendrán que crear algún mecanismo para proteger la salud de la población.

La adulteración de medicamentos no consiste en la violación de patentes. Se trata de un engaño que consiste en la venta de productos que no surten ningún efecto en los consumidores. Es una de las razones por la cual se ha incrementado, al margen del estilo de vida, el número de hipertensos y diabéticos, entre otras enfermedades.

Las autoridades reconocen que el problema es grave. Pero frente a la magnitud es obvio que tendrán que emplearse a fondo frente a un negocio que atenta contra una población que, de acuerdo con especialistas, no se caracteriza precisamente por su buena salud.

El Nacional

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