Opinión

La torre de Babel del PRD

La torre de Babel del PRD

No es grande mi acuerdo con fray Martín Sarmiento, el fiel defensor de Feijoo, cuando explicó cómo el castigo de Babel consistió en que si alguien, digamos el capataz de la célebre Torre, ordenaba al peón que puliese un pedrusco, el pobre esclavo se quitaba las sandalias, y si este pedía el botijo al vecino del andamio, recibía una soga del esparto.  Tal teoría expone bien el por qué del derrumbe de aquella famosa máquina: el cielo pudo haberla destruido de un hálito, pero prefirió que mediara el lenguaje.

De modo que desde ese momento la humanidad concibió la importancia de la lengua, de hablar el mismo idioma, de entenderse entre sí cuando se aspira a que las cosas salgan bien. Esto último forma parte de las importancias de la competencia comunicativa, un concepto que debemos entenderlo como el conjunto de características o cualidades que debe tener cualquier dirigente político.

Al parecer, en el PRD deben comenzar hablar el mismo idioma

Es en nuestros días cuando fray Martín tendría razón, porque se ve amanecer la posibilidad de que cada humano posea su propio idioma, apartándose del desde la tribu, cada vez es mayor el número de quienes emplean las palabras según sus ocurrencias.

En la actual coyuntura, en la que el presidente del partido, Miguel Vargas, negocia de manera independiente los términos de un acuerdo con el PLD, sin tomar en cuenta lo que piensa la base, el sentir de los dirigentes municipales. De ahí que en el futuro cercano se le vislumbra una situación incómoda; desde Santiago surgen voces que reclaman transparencia en los acuerdos, además de que insisten en que no negociarán la candidatura a la sindicatura por esa demarcación, ya que representa 7 mil puestos de trabajo.

Situación similar está en Santo Domingo Norte, en la capital; mientras a lo interno de la Comisión Política surgen cuestionamientos al presidente del partido sobre el hermetismo de los acuerdos.

El Nacional

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