Editorial

La visita del canciller

La visita del canciller

El canciller dominicano viajó hoy a Puerto Príncipe, en un esfuerzo por destrabar las relaciones domínico-haitianas, paralizadas desde hace más de un año, tiempo durante el cual Haití mantiene prohibición al ingreso por vía terrestre de productos dominicanos, lo que se considera como práctica desleal de comercio.

La misión esencial de la visita del ingeniero Miguel Vargas Maldonado al vecino país sería la de convencer a sus autoridades sobre la necesidad de un intercambio comercial fluido a través de la frontera, para lo cual se reunirá con su colega Pierrot Délienne.

Entre los temas que abordará el canciller Vargas Maldonado en Haití figuran además la documentación de haitianos en República Dominicana y la propuesta de firma de un acuerdo sobre transporte terrestre, así como la convocatoria a sesión de la Comisión Mixta Bilateral.

Se resalta como positivo el esfuerzo que realiza el Gobierno dominicano para que se reanuden conversaciones con Haití, aunque no es descabellado advertir que la agenda del canciller casi roza frontera de lo quimérico, porque no se avizora del otro lado ningún gesto de voluntad por recomponer deteriorados nexos.

Haití sigue sumido en una crisis política e institucional sin solución a la vista y con un Gobierno provisional, encabezado por el presidente Jocelerme Privert, que carece del reconocimiento de la comunidad internacional ni de los propios actores políticos de ese convulsionado país.

La visita del canciller dominicano a Puerto Príncipe no genera mayores expectativas, aunque se reconoce como un necesario gesto de buena intención por parte del Gobierno nacional hacia un vecino que durante más de un año solo levanta humareda en las relaciones intrafronteriza.

Es obvio que ese viaje no se produciría sin que al menos uno de los puntos consignados en la agenda del ministro Vargas Maldonado haya sido consensuado de antemano, porque peor sería si regresa con las manos vacías o con las árganas repletas de promesas que serán incumplidas como casi todas las demás.

Aun así, la visita del canciller a la capital haitiana representa un contundente mensaje de República Dominicana hacia la comunidad internacional, de su firme voluntad política de promover un tipo de relación con Haití basada en la comprensión, cooperación y mutuo respeto.

El Nacional

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