Durante los últimos siete años, este país ha tenido como presidente a un experto en comunicación social. Sabe de su importancia y como esgrimirla para conducir la población. La tarea se le ha facilitado por estar la mayoría sumergida en la ignorancia y el hambre. Fácil de anestesiar. Además, ha sabido aliarse a la prensa, filtrando sus periodistas y voceros. Hay pocos espacios para periodistas imparciales, objetivos. Todo vale si es para apoyar al gobierno y su partido.
Naturalmente que hay algunos medios, que por su contenido plural, libre y el esmero con que cuidan de su ejercicio profesional, se han convertido en verdaderos fenómenos sociales. La emisora radial Z-101, es uno de ellos. Todos los sectores la escuchan. Sus dirigentes se han esforzado para que las ideas se expongan con libertad, apegada a la verdad y con responsabilidad.
Tiene una gran variedad de programas. Todos interesantísimos. Desde sus orígenes, hace más de dos décadas, ha demostrado tener normas y principios firmes. No se ha deja tumbar el pulso por las fuerzas del poder. Para mantener su esencia, confianza, credibilidad y no defraudar al público, ha estado atenta a que su tribuna no sea utilizada para intereses grupales o personales sino para el bien común.
Al equipo de comunicadores le da la oportunidad de desarrollar libremente su talento. Saltan al estrellato. Desde ahí, muchos han logrado destacadas posiciones, poder político, económico, social. Deben cuidarse. A veces, los variados compromisos, presiones y la desesperación, pueden hacer perder el camino.
Afortunadamente, a pesar del poder que acumulan, no logran tumbarle el pulso a la institución. De ahí que cuando los criterios personales de algunos chocan con las normas de la emisora, la encuentran firme.
Espero que la Z, se mantenga sobre sus sólidos principios, que resista con estoicismo la partida inesperada de hijos queridos. Que mantenga los brazos abiertos para los que deseen volver. La población necesita mas emisoras así, sirviendo a la nación y dando lecciones. ¡Adelante!
