Larissa y Pinky son una pareja auténtica, unida desde hace 20 años y con miles de sueños compartidos, con momentos buenos y otros no tanto, pero aplicando cada día toda la fuerza necesaria para alimentar su amor y permanencia.
No hay una varita mágica, ni una fórmula secreta. Muchos profesionales de la conducta afirman que las parejas deben admirarse, y por la manera en que se expresan uno del otro podría ser este un factor importante que fortalece su relación.
El cineasta y productor ama de su esposa la forma particular que tiene de ver la vida y su forma de entender que hay que disfrutar y vivir cada minuto.
También se expresa con admiración de la manera en que ella quiere a sus hijos y está pendiente de todos.
Admira “su forma de entregarse a las causas nobles, su amor incondicional hacia los suyos, hacia cualquier ser vivo, hacia los animales, su forma de entender lo que es una familia, admiro su sonrisa y me encanta cuando la escucho cantar por la casa…eso es señal de que es feliz.
El tiempo a su lado me ha confirmado que es la persona con la que quiero envejecer, con la que quiero amanecer y acostarme cada noche”.
Larissa, quien es graduada de odontología, pero labora en la productora de su esposo y hasta ha actuado en algunas de sus películas, confiesa que además del amor, entre ellos ha existido un factor tan simple, pero a la vez tan contundente, que ha radicado en: “querer” pero “querer” de verdad, con toda la responsabilidad que implica el priorizarse por encima de cualquier circunstancia.
Pinky afirma que trabajar juntos no es un problema. “Este trabajo tan absorbente, compartirlo es a veces ese alivio de poder hacerlo al lado de las personas que quieres. Siempre lo comparto con el circo en donde toda la familia está siempre involucrada de alguna manera y siguen siempre siendo familia debajo de esa gran carpa”.
Larissa Núñez de Pintor admira de su esposo el amor profundo y el alto grado de responsabilidad que demuestra con su familia, y de manera especial con sus hijos. Profesionalmente -dice- la pasión y creatividad indetenible y la disciplina que se exige a sí mismo en cada reto laboral que asume.
¿Actriz por amor?
Larissa dice que cambio de profesión “por vocación: tengo alma de artista, Desde pequeña me apasiona todo lo que tenga que ver con la música, el teatro, el cine, baile y actuación.
Por Amor: porque cuando la vida te pone de frente la posibilidad hacer algo de lo que amas, junto a la gente que amas y como valor agregado, te permite la oportunidad de poder cuidar y brindar a los tuyos el tiempo de calidad que merecen, no puedes resistirte y simplemente abrazas la oportunidad con los dos brazos, miras al cielo y agradecida, te sientes inmensamente bendecida!”.
Sobre las tentaciones del medio artístico Pinky expresa que “mi amor por Lary es ese corazón que tengo fuera del pecho y del que no puedo separarme ni vivir sin él, cada día estoy más convencido de eso y frente a un amor tan intenso no hay tentación que valga”.
