Opinión

Las armas en la vida de las mujeres

Las armas en la vida de las mujeres

SANTIAGO.- En el año 2005, Amnistía Internacional, la Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas, y Oxfam Internacional, publicaron el libro Los efectos de las armas en la vida de las mujeres, un documento que nos envía Magaly Pineda en versión electrónica con la propuesta de que sea base de un debate cibernético sobre el impacto de las armas en la vida de las mujeres. De acuerdo a  las informaciones de la publicación, se calcula que en la actualidad hay en el mundo cerca 650 millones de armas pequeñas, de las que casi el 60% están en manos de ciudadanos particulares, en su mayoría hombres, como también son masculinos la mayoría de quienes fabrican, venden, poseen y usan, debida o indebidamente, estas armas.

 Las estadísticas   dicen que un gran número de mujeres y niñas sufre la violencia armada, directa e indirectamente y además, corre el riesgo de padecer determinados crímenes debido a su género, como la violencia en el ámbito familiar y la violación, un colectivo que sufre la violencia desproporcionadamente, dado que casi nunca son compradoras, propietarias o usuarias de armas de fuego.

Los feminicidios íntimos, ocurridos en el ámbito familiar son la única categoría de homicidios en la que el número de víctimas femeninas supera al de víctimas masculinas, con la característica de que, cuando una mujer es asesinada en el hogar, lo más probable es que el feminicida sea su pareja o un familiar varón. Las estadísticas internacionales, asemejan a las de la Procuraduría General de la República para el período enero a septiembre de este año, un total de 154 feminicidios, de los cuales el 66. 23%, (102), son íntimos y 33.76%, (52), no íntimos; cifras que cotejadas con las de Femi(ni)cidio en República Dominicana 2000 – 2006, estudio comparado con Centro América publicado este año en Costa Rica, que indican la tasa asesinatos de dominicanas al inicio del milenio, cercana a 2 por 100.000, similar a la que tenían casi todos los países de la región centroamericana, aumentando sensiblemente en el curso de seis años, hasta casi duplicarse en el año 2006, situando a República Dominicana en un nivel alto en relación al resto de los países de la región, con una tasa solo superada por El Salvador y Guatemala.

Sin embargo, no se puede dejar pasar el dato agregado de que, en el año 2003 el 70,58% de los femicidios cometidos en la calle lo fueron por parejas o ex parejas, asesinatos con un carácter específico, que en muchos casos denota que el asesino, más que tratar de esconder el crimen pretende hacerlo evidente.

Las investigaciones sobre el feminicidio en nuestro país, arrojan el resultado en incremento de un 47.66% de asesinatos por arma de fuego para 2006, sugiriendo como factores el poco control sobre la circulación de estas armas y la relativa facilidad para su adquisición. Además, de destacar a los agresores que trabajan con armas, como policías, militares y guardianes privados, son señalados en más de un 20% de los feminicidios por las estadísticas de la Procuraduría para este año 2008.

Otro dato importante es el que refiere la intervención de las armas de fuego que, por la gravedad de las heridas provocadas, tiene mayor probabilidad de consecuencias mortales en las violencias domésticas; también la presencia de un arma de este tipo, con su amenaza de mortalidad, reduce la capacidad de resistencia de las mujeres; así como que las armas de fuego también limita las posibilidades de escapar para la víctima y de que otra persona le preste ayuda.

En la última década, varios países que han reformado sus leyes nacionales sobre armas de fuego y han comenzado a ver los beneficios, especialmente para las mujeres a través de la reducción significativa de feminicidios por arma de fuego, hasta de un 40%, como es el caso de Canadá desde 1995 hasta la fecha.

Respecto a las violencias basadas en el género, sean intrafamiliares y/o sexuales, el aumento de controles para el permiso de obtención de armas, incluyendo el dato de imposibilidad de portarla a masculinos con antecedentes de agresores, es una necesidad y cualquier medida que se tome en este sentido, debe incluir la perspectiva del género en sus análisis, de lo contrario, los feminicidios seguirán aumentando.

(Los dos libros citados están en versión electrónica y pueden ser solicitados a nuestro correo)

(susipola@gmail.com)

El Nacional

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