De seguro todas las mujeres estamos de acuerdo en que no vale de nada que te sientas bien vestida de los pies a la cabeza, si esos zapatos hermosos que llevas puestos, y todo el mundo alaba, te hacen la vida imposible, porque no son nada cómodos.
Y no hay nada más cierto que detrás de cada mujer en tacos bien altos puede verse la misma mujer, al llegar a su casa, quitándoselos con mucho alivio. E incluso, muchas, suelen flojárselos en la esquina más discreta de la actividad en que los lleva.
Muchos expertos destacan, en el caso de los zapatos altos, que como requisito fundamental debes sentirte estable y equilibrada. El tacón alto puede ser de aguja, cuadrado o compensado, pero lo ideal es utilizar el que mejor te vaya y quede, para exhibirlos como se debe al caminar. Si vas a un evento o reunión elegante, los zapatos de taco alto pueden ayudar mucho a estilizar tu cuerpo.
En cambio, para ocasiones más informales, unos zapatos bajos o sandalias planas son una mejor opción. Lo importante es estar cómodas y lucir bien.
Aunque muchos dicen que no se debe perder nunca el glamour, no te empeñes en andar siempre en tacones altos.
Aprovecha tu tiempo libre y ratos de ocio, o actividades relajadas, para soltarlos y ponerte calzados bajos, sandalias o tennis. Es una buena manera de premiar tus pies.
Tips, para elegir el más cómodo
-El calzado alto debe de tener refuerzos en la zona de talón, ya que esto brinda mayor estabilidad al pie.
– Su zapato debe ajustarse a la anchura y longitud del pie de manera que no existan compresiones.
-Los dedos deben poder moverse en el interior de los zapatos durante una caminata regular y en sus diferentes etapas, las puntas demasiado estrechas no son recomendadas.
– Las suelas deben ser flexibles, pero que no sean fáciles de deformar, no deben ser ni demasiado gruesas, ni muy finas.
– Los tacones altos aumentan la compresión a nivel de las articulaciones del empeine y los dedos del pie favoreciendo deformidades y lesiones dérmicas.
– Se recomienda que los tacones cuenten con bases anchas y no sean demasiado altos, ni demasiado bajos, pues ambas causan patologías en el pie.
