Opinión

Las declaraciones del Papa

Las declaraciones del Papa

Dios en la creación nos ha hecho libres y no es posible una injerencia espiritual en la vida personal” . “¿Quién soy yo para juzgar a los homosexuales”?   Hace 500 años,  palabras como estas  hubieran sido motivo para llevarlo a la hoguera,  pero el discurso y la beligerancia  de la iglesia hacia la población LGTB están cambiando. No hay un cambio en la doctrina, pero sí en enfoque y prioridades. En un mundo donde entre un 4 y 8% de la población tienen preferencias por el mismo sexo, no es lógico que la iglesia católica siga obsesionada. 

El firme deseo del Papa  para que la iglesia sea el cobijo para todas las personas y que Dios ve  con amor y no condena a  los gay, lesbianas, bisexuales, transgéneros , es motivo de regocijo y  esperanza  para los miles de católicos que viven en  permanente conflicto al no comprender por qué,  si Dios los hizo así, la iglesia tiene que condenarlos y obligarlos a vivir reprimiendo sus deseos  de compartir plenamente sus vidas con  otros del mismo sexo.

El Papa habló también de las reformas que necesita la Iglesia y aseguró que considera urgente “curar heridas”, “dar calor” y “acompañar a las personas a partir de su condición”, lo que incluye a los homosexuales y a los divorciados. Al ponderar  “curar heridas”, el Papa asume la tolerancia como base del liderazgo espiritual, que ha debido ser siempre el papel de la Iglesia católica.

Para algunos líderes de la comunidad LGBT, el Papa  ha percibido que la disociación de las posiciones extremistas de la iglesia en relación a estos temas y lo que el pueblo católico piensa, han ido generando un divorcio cada vez más profundo de la Jerarquía con la sociedad. Y entonces intenta reducir esa brecha, aunque aclarando que el fondo de las cuestiones no se ha modificado.

El Papa dice que no hay que interferir con las vidas de los gays, pero en los países donde se debaten leyes de igualdad la Jerarquía católica hace un lobby feroz para que estas leyes no avancen.  Si tuvieran la voluntad cierta, se podrían avanzar en algún tipo de declaración pública y conjunta en el marco de las ONU condenando la persecución y crímenes contra la población LGTB en todo el mundo.

En el año 2010,  el hoy Papa Francisco fue el principal opositor a la aprobación del matrimonio igualitario en la Argentina,  por lo que su actual acercamiento misericordioso hacia los homosexuales,  parece entrar en contradicción con aquellos días en los que sostenía que el diablo estaba metiendo la cola en pos de destruir a la familia.

Ahora estamos ante una retórica distinta y comparar lo que dice el papa a lo que dice nuestro  cardenal,  parecen dos religiones distintas.  Ojalá que la postura de que “va a sufrir y va a tener que irse” pronto sea cambiada por un “Sea Ud. muy  bienvenido, señor Embajador”.

El Nacional

La Voz de Todos