Opinión

Las encuestas de Miguel

Las encuestas de Miguel

Miguel Vargas Maldonado es el candidato a la presidencia de la República del PRD que desde la oposición ha tenido el menor desempeño electoral en su historia, si partimos de las elecciones de 1962, ganadas por  Juan Bosch con casi  un 60%, aunque luego “perdió” en 1966 con el país ocupado por las tropas yanquis que impusieron a  Joaquín Balaguer. Los 12 años que siguieron fueron de persecución, asesinatos, expatriación y encarcelamiento de los opositores y ex combatientes constitucionalistas.

En  1978, el PRD, con  Antonio Guzmán Fernández, gana las elecciones a pesar de los intentos de fraude y de la represión. En 1982, Salvador Jorge Blanco también se impone en las elecciones. Jacobo Majluta enfrenta en 1986 a Balaguer. Y sólo la división y el enfrentamiento entre Jorge  Blanco y Majluta permiten el retorno  del caudillo,  que se mantendrá diez  años en el gobierno. Es Peña Gómez quien enfrenta al líder reformista y lo obliga a reducir dos años su tercer período tras comprobarse que le hizo fraude. Peña Gómez fue un formidable candidato.  El fraude electoral y el pacto racista y perverso que hizo Leonel Fernández con Balaguer, impidieron que el líder del PRD se convirtiera en presidente constitucional de la República en el año 1996.

Hipólito Mejía fue un tolete de candidato. Le ganó a Danilo Medina con un 49.85%. Con el país quebrado por el fraude bancario y las guerras de Estados Unidos contra el terrorismo que derribó las torres gemelas de Nueva York, logró un 33.65%, o sea, un millón 215 mil 928 votos. Una proeza electoral, pues  Mejía tenía una tasa de rechazo extraordinaria gracias a la situación económica por las razones antes expuestas. ¡Y por la complicidad de muchos dirigentes del PRD!

En las elecciones del año pasado, el PRD debió tener un desempeño  que lo llevara nuevamente al poder. Sin embargo, no fue así. Con un país en crisis, con un candidato a la reelección, el candidato opositor, Miguel Vargas Maldonado logró apenas un 40.48%. Vargas Maldonado, desde la oposición, con el partido unido, sólo obtuvo 7 puntos, óiganlo bien, 7 puntos más que Hipólito. Y que conste, que Mejía no impuso la reelección porque se negó a hacer las travesuras que le aconsejaron amigos, compadres y asesores,  hoy en “el nuevo PRD”.

No puede ser considerado buen candidato quien obtiene la más baja puntuación en las elecciones presidenciales en  la historia electoral del PRD. Quienes a pesar de la derrota lo definen como el “nuevo líder” del “nuevo PRD”, y lo estimulan para que se lance tras la presidencia del “viejo PRD” y de la candidatura  al mismo tiempo, sin importar que se violen los estatutos, le hacen un flaco servicio al propio Vargas Maldonado, al PRD y al país.

La euforia del 40%  en las elecciones pasadas, no tiene sentido.  Un 57% contra un 40, es mucho. El candidato oficialista le llevó al  del PRD, al nuevo líder, ¡17 puntos!  Una verdadera pela.

Como dice el pueblo, no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír.

La publicación de encuestas manipuladas y tendenciosas, con cifras falsas obtenidas de muestreos realizados con padrones inexistentes, no conllevan a nada nuevo. Hipólito Mejía no puede ser medido, porque no es candidato, porque las elecciones serán dentro de 3 años. Una encuesta es un retrato  de un momento. Pero además, si es cierto, como dice la encuesta, que el ex presidente Mejía tenía una tasa de rechazo superior al 70%, y la ha reducido al 45%, estamos ante un fenómeno político. Si a más de tres años  Hipólito ha reducido tanto su impopularidad, eso lo convierte en el candidato  del PRD y en el próximo presidente de la República.

Utilizar falsas encuestas de empleados y de firmas desacreditadas para presentar una fortaleza superficial y para atropellar o humillar a los “viejos” del PRD,  es un error que puede pagarse caro porque en política nadie está derrotado, y mucho menos un hombre que, como Hipólito, salió sin expedientes de corrupción, porque como él dice: “Ni robé, ni maté”. Lo que no pueden decir muchos de los que hoy intentan reducirlo a nada en falsas encuestas.

 Promover la división del PRD es un favor al PLD y al gobierno. Hay tareas puntuales previas a la elección de un candidato. El PRD tiene que escoger a sus autoridades en la convención de este año, nadie sabe  día o mes, pero este año. Los trabajos están atrasados. Luego debe escoger a sus mejores hombres y mujeres para las elecciones congresuales y municipales, que no pueden ser los integrantes, como se pretende, del grupo del “nuevo PRD” que encabeza Vargas Maldonado.

El Nacional

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